­Un hombre de 58 años de edad se entregó ayer a la Policía Local y ha sido puesto a disposición de la Guardia Civil después de prender fuego a su vivienda y originar un incendio que afectó a todo el edificio del número 28 de la calle Vara del Rey de Sant Antoni. El inmueble cuenta con un total de 12 pisos distribuidos en tres plantas.

El jefe de los bomberos, Miguel Sevilla, explicó a este diario que el fuego se inició a las 10.55 horas y que el detenido llamó cinco minutos después al 112 y para alertar del incendio y ya dijo que él mismo lo había originado. Incluso, comentó que se quedaría en la zona esperando a los agentes para que le arrestaran.

«El hombre dijo en un primer momento que había incendiado a propósito el piso en el que vivía realquilado y que esperaría a la policía para entregarse. Cuando llegamos él estaba con su maleta hecha», explicó Sevilla. Posteriormente, mientras el fuego consumía el edificio, se presentó en las dependencias de la Policía Local, donde quedó detenido, informó el Ayuntamiento de Sant Antoni. Sin embargo, por la tarde, cuando ya se hallaba arrestado, negó que el incendio hubiera sido intencionado. «Estamos verificando la llamada para aclarar los hechos», explicaron fuentes policiales.

El detenido, que fue entregado por la Policía Local a la Guardia Civil, pasará a disposición judicial en las próximas 48 horas. «De momento se instruyen diligencias y se toman declaraciones para esclarecer lo que ha sucedido», informó un portavoz del instituto armado.

En un primer momento, una dotación de quince bomberos intentó atacar el fuego por la parte trasera del edificio, mientras dos mujeres gritaban pidiendo auxilio desde uno de los balcones del tercer piso, en la fachada principal, junto a otro del que aún salía poco humo. «El primer camión de bomberos que llegó no trajo escaleras, por lo que los vecinos tuvimos que buscar una para que los bomberos pudieran subir hasta las chicas», relató una vecina. Poco después llegó el camión con la escalera mecánica y las dos mujeres y el bombero que subió para ayudarlas fueron rescatados y puestos a salvo. «Les dimos agua a las chicas, pero ellas gritaban desconsoladamente porque su perro se había quedado arriba, aunque afortunadamente pudo ser rescatado», añadió la misma vecina. que vive justo enfrente de la casa incendiada.

Algunos testigos criticaron la tardanza de los bomberos en acudir al lugar y además, en los primeros minutos, con solo una manguera para sofocar las llamas.

Mohammed Benlarbi, uno de los inquilinos que vivía de alquiler en el edificio afectado, contó que lleva doce años viviendo en el lugar y nunca pensó que algo así pudiera pasarle. «Vi cómo empezaron a subir las llamas mientras estaba en mi casa, entonces abrí la puerta como pude y salí a toda prisa para salvar mi vida; aún no sé bien lo qué sucedió».

Mientras, Ousmane Diop, otro de los vecinos afectados, acudió corriendo al lugar tras recibir una llamada de su esposa, que le llamó en estado de shock cuando escapaba del edificio en llamas. «Habíamos alquilado el piso en abril. Primero trabajaba en la construcción y ahora estoy en un hotel. [Mi esposa] Tamara y yo hemos perdido todo por lo que he trabajado estos años», comentaba el joven de origen africano con lágrimas en sus ojos.

Una vez sofocado el fuego, técnicos municipales analizaron el estado del inmueble para evaluar posibles daños en la estructura y decidir si los vecinos podrían regresar a sus hogares.

Según el jefe de los bomberos, «de los doce pisos afectados hay tres totalmente quemados y siete muy dañados por el denso humo».

Un total de 28 personas se vieron desalojadas y han quedado sin vivienda a causa del siniestro. El Ayuntamiento de Sant Antoni ofreció a todos los afectados acomodarles provisionalmente en el polideportivo de ses Païsses, donde se dispuso comida y el material necesario para atender a una treintena de personas, aunque la mayoría fueron acogidos en casas de familiares y amigos. No obstante, ayer a última hora, dos matrimonios, uno con tres hijos y otro con dos, se disponían a pasar la noche en el polideportivo y se esperaba también la llegada de otras tres personas que trabajaban por la noche.

Sobre el hombre que se confesó autor del incendio, natural de Sevilla, los vecinos indican que vivía solo y tenía problemas con la bebida: «Le veíamos constantemente llegar borracho y causar problemas a otros vecinos», contaba Dolores, una de ellas.