El Club Diario de Ibiza acogió nueve ponencias sobre ´Los métodos extrajudiciales de resolución de conflictos. El arbitraje y la mediación´. Además fue presentada la Asociación Balear de Arbitraje y Mediación (ABAM), creada a través de un convenio con la Universidad de Valencia «al que se están uniendo la Pimeef y la Universitat de les Illes Balears (UIB)», según explicó María Victoria Torre Sustaeta, profesora asociada de la UIB, presidenta de ABAM y moderadora del acto.

Cada ponencia representaba a uno de los actores involucrados en estos dos métodos alternativos de resolución de conflictos, desde el catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Valencia, Javier Plaza, a un notario, abogados expertos en mediación familiar, un economista, un registrador de la propiedad y un magistrado de Ibiza. Cada uno dio un enfoque «del rol que juega cada profesional en estos procedimientos, pues los papeles del notario, del árbitro o del abogado, entre otros, son fundamentales», según Victoria Torre.

Con estos métodos «se reformulan temas que están muy reglados para buscar otro tipo de soluciones. Y sin pasar por los tribunales. Es muy agresivo y desagradable sentarse en un banquillo de los juzgados», detalla Torre. Y se evitan muchos dramas.

«Respecto a los abogados -intervino, por ejemplo, José Miguel Soriano, socio del bufete Cremades & Calvo Sotelo- no queremos que se sientan excluidos de estos métodos. Algunos letrados piensan que con la mediación y el arbitraje se les ha acabado el chollo. Y no es así. El abogado puede ser tanto parte como representante», comentó Victoria Torre.

Menos agresivo

A su juicio, «es interesante que los propios jueces, los que suelen llevar este tipo de casos, sean quienes intervengan para sugerir la fórmula de la mediación o el arbitraje, los que propongan desjudicializar las causas para, así, agilizar algunos temas». Ambos métodos «ayudan a resolver los problemas de una manera más flexible, más rápida y menos agresiva que si acaban en un tribunal», además de que sirven para descongestionar la justicia.

Una de las ponencias corrió a cargo del juez decano de Ibiza, Juan Carlos Torres, que expuso la praxis judicial en casos de violencia de género. Para Victoria Torre, «si es posible hacer una mediación en temas de violencia de género, con lo sensible que es ese asunto, también se puede hacer mediación y arbitraje en otras materias como, tal como contempla la ley, lo civil y mercantil».

La propia Torre fue árbitro durante cuatro años en la junta de consumo de la Generalitat valenciana, de manera que le sobra experiencia: «Es una fórmula que a las partes les permite participar más en su propio conflicto. A veces, con unos procesos tan reglados a través de abogados y con unos plazos tan largos, que eternizan el proceso, se pierde calidad de vida».

«En ocasiones -añade-, en caliente dices, le voy a meter una demanda a ese, pero luego lo piensas. Si reformulamos el concepto de justicia y aplicamos las fórmulas que nos habilita la ley, quizás se pueda resolver ese conflicto en un par de meses de una manera más flexible y sin tanto trámite, pudiendo participar con el árbitro para expresarle lo que sientes y lo que quieres lograr».

Un juicio convencional suele acabar siempre en que hay alguien que pierde y alguien que gana. En la mediación y el arbitraje, no: «En los juzgados siempre hay el concepto del perdedor y del ganador. En la mediación existe el ´yo gano, tú ganas´. Porque son las partes las que al final llegarán a un acuerdo», subraya Torre.

Sebastián del Rey, registrador de la propiedad y profesor de Derecho Hipotecario en la Universidad Internacional de Cataluña, analizó el arbitraje en temas de préstamos hipotecarios. Se trata en esos casos de reconducir la situación para llegar a pactos entre las partes, «de saldar la deuda cediendo uno u otro», según Torre.

También se planteó el papel del notario: «El acuerdo de mediación se tiene que protocolizar, elevar a público. De ahí que el notario tenga un papel muy relevante». Respecto al juez, «tiene, por un lado, que sugerir este método alternativo de resolución de conflictos». Pero además puede «ejecutar automáticamente los laudos arbitrales. Si un árbitro decide sobre un conflicto, eso se materializa en un laudo que es automáticamente ejecutable. En la vía judicial tiene el valor de una sentencia. Se elimina así el proceso declarativo, las pruebas... Vale como resolución».