El presidente del Consell y secretario general de la FSE, Vicent Torres, ofreció ayer el «apoyo total» del partido al parlamentario Enric Casanova, tras el incidente que sufrió con la propietaria de un bar, que le ha denunciado por insultos racistas ante la Policía Nacional. Según la versión del diputado, él fue el blanco de los insultos y recibió varios empujones al tratar de presentar una reclamación, que pudo interponer gracias a la intervención de la Policía Local.

Torres dio «total credibilidad» a la versión de los hechos de su compañero de militancia y alabó «su gran trabajo». El líder de la FSE destacó la «integridad de Casanova en toda su trayectoria», por lo que «no se merece» verse en el centro de lo que Torres definió como «una maniobra electoralista del PP», al difundir masivamente la información adelantada por Ibizadiario.info. El presidente recalcó que el propio Casanova explicó lo ocurrido «antes de verse» en la portada de dos medios que le atribuyen haber enviado «a su puto país» a la propietaria de la cafetería frente al Consell, de nacionalidad rumana, que le denunció.

El propio Casanova negó ayer «rotundamente» esta versión. Según sostiene, pidió «un té verde con hielo» en catalán a la propietaria, que atendía la barra. La mujer le recriminó que usara esta lengua. Cuando Casanova reiteró su comanda, pero más lentamente y diciéndole que «no es tan difícil», ella le calificó de «hijo de puta racista independentista maleducado». Le puso una infusión sin hielo y que no era la que él pidió y mientras esperaba que se enfriara, ella siguió insultándole. Cuando el diputado pidió una hoja de reclamaciones, ella le derramó la consumición encima, salió de la barra para empujarle y volver a insultarle, siempre según la versión del diputado.

Casanova la conminó a no empujarle y entonces forcejearon con una bolsa que él llevaba y que ella le «partió», mientras trataba de echarle del local. El diputado le dijo que no se iría hasta ejercer su derecho a presentar reclamación y solicitó la presencia de la Policía Local. La patrulla instó a la mujer a facilitar el formulario. Como no tenía este documento obligatorio, según él, la propietaria se fue al Consell y volvió con una hoja de queja. Tras cumplimentarla en el propio local, Casanova la llevó a la oficina del consumidor en la sede de la máxima institución. «Tras expresarme en una lengua que es oficial, me lo han recriminado. Es un acto lesivo a mis derechos», sostiene, algo que considera «un problema de consumo», por lo que presentó la queja.

También se definió como «inmigrante en la isla» y recordó su militancia en defensa de los derechos de los inmigrados y los refugiados. Por ello acusa a la propietaria de «inventarse totalmente» su relato. Según la denuncia que publicó el Periódico, Casanova le dijo que volviera a su «puto país» y que temía represalias suyas, ya que le dijo en reiteradas ocasiones y «en tono chulesco», según la denuncia: «¿Tú no sabes quién soy yo?». «No es mi estilo enviar a nadie a su país», insistió el diputado sobre esas afirmaciones. También lamentó la repercusión de lo ocurrido, aunque espera que no tenga mayores consecuencias en su labor política.

Desde el PP por su parte, criticaron que el candidato del PSOE a la Moncloa, Pedro Sánchez, no «desautorizara» a Casanova en su paso por la isla. Según consideraron en un comunicado, «el escaso conocimiento» de una de las lenguas oficiales «no es motivo para instar a abandonar el país», por lo que exigieron al diputado que «pida disculpas públicas por perder los papeles», algo que para el PP es «rechazable en un cargo público».

Los populares creen que el incidente «revela la verdadera cara del sectarismo de los que nos gobiernan». «No hay sitio en nuestra isla para comportamientos graves que inciten a la xenofobia», concluye el PP su nota.