-¿Cómo se introduce un matemático en el psicoanálisis?

-Todos estamos un poco divididos entre las ciencias y la sensibilidad. Estudié Matemáticas, pero me dediqué muchos años a la Informática. Sin embargo, pensé que envejecería mejor como psicoanalista que como informático. Por azares de la vida, en unas vacaciones en Ibiza en 1991 conocí a un psicoanalista que me despertó la curiosidad por esta disciplina. Nunca pensé que me terminaría dedicando a ello. Más que tratar a personas, me interesa el proceso de cambio y transformación profunda que se puede lograr con el psicoanálisis.

-¿A qué tipo de transformación se refiere?

-Es un tema muy complicado... Fundamentalmente consistiría en no repetir lo que se nos ha dicho. El ser humano experimenta dos momentos muy difíciles: el primero de ellos es el conocido complejo de Edipo, por lo que tenemos que evitar quedarnos enganchados a la familia; y después el siguiente paso, que es el más complicado: el de replanteárselo todo. Consiste en pasar del individuo a la singularidad, ir más allá del propio yo. ¡Es muy difícil de explicar!

-¿Qué significa el título de su libro: 'Estrategias imperiales. El abuso de las matemáticas en el psicoanálisis lacaniano´?

-Es producto de muchos años de trabajo... Yo tengo una formación en Matemáticas y en informática y en los años 80 empecé a leer a [Jacques] Lacan, que era lo más en aquella época. En una de sus obras, comenzó a hacer cosas que parecían medio matematicoides y decía que «la formalización matemática es nuestra meta». Leer a un hombre, considerado como el mejor psicoanalista del mundo, que decía que estaba matematizando el psicoanálisis... ¡se me puso durísima! Como ningún psicoanalista me sabía explicar las supuestas formulaciones matemáticas del psicoanalistas, comencé a estudiar Lógica en la Universidad.

En un viaje a Argentina compré dos libros de un profesional reconocido que seguía las teorías de Lacan y tenía tantos errores y tan horribles que no me pude aguantar y escribí un artículo sobre ello. Al cabo de los años escribí otro y otro y al final he recopilado todos mis artículos en este libro.

-Por tanto, un título alternativo de su libro podría ser 'Desmontando a Lacan´...

-Sí, exactamente.

-¿Cuáles son sus principales críticas a Lacan?

-Él juega con la ambigüedad y hay un momento en el que dice que ha reducido el psicoanálisis a la teoría de conjuntos. Esto es una atrocidad y ni él mismo se lo creía. Sin embargo, él alimentó la idea de que ha formalizado el psicoanálisis. El propio Freud dijo en algún momento que el mayor peligro del psicoanálisis eran los propios psicoanalistas. Los lacanianos son muy ambiciosos, por eso he titulado el libro 'Estrategias imperiales', y quieren mostrarse como los únicos psicoanalistas que valen la pena.

-Es como si los lacanianos utilizasen las matemáticas para otorgarle más credibilidad al psicoanálisis...

-Exacto. Esto algunos psicoanalistas ya no lo ven porque sus maestros los engañan. Se ha convertido en una especie de pseudo religión estúpida en la que se manipula intelectualmente a la gente para que ya no tenga sentido crítico. Si puedo ahorrarle a alguien el tiempo que yo he invertido leyendo estas mierdas, me doy por satisfecho.

-¿Qué aporta usted en este tema con su obra?

-Yo sé de Matemáticas y de Psicoanálisis y puedo comprobar las referencias lógicas y matemáticas de Lacan y sus seguidores. Está construyendo un imperio y se quieren quedar con todo el cotarro con una estrategia intelectualmente deshonesta. Lo peor de todo es que están haciendo daño a la gente con ello.

Por ejemplo, en el libro pongo un ejemplo de cómo desmonto el artículo de un psicoanalista mexicano que solo dice barbaridades... No se puede permitir que se destroce el coco de las personas. Para mí, este libro es un ejercicio de crítica radical, como decía Nietzsche, y de denuncia. Mi diagnóstico es que el uso de las Matemáticas por parte de Lacan es veneno cultural. Además, es muy triste que algo que tendría que ser bueno para liberarte el coco, lo que se supone que es el objetivo del psicoanálisis, te convierta en más burro de lo que eras antes.

-¿Hay que ser matemático para entender su libro?

-No, tampoco debe saber qué es la teoría de conjuntos. ¿Algo de lógica? Bueno, lo que uno necesite para la vida diaria... Yo he intentado ser muy cuidadoso con los lectores no iniciados, con el que intento establecer una cierta complicidad desde el principio. El libro comienza con un prólogo denominado ´Nota al lector profano´ y después hay una serie de símbolos que indican si la nota o el párrafo son técnicos o muy técnicos.

-¿A quién gustará más su obra: a los interesados en el psicoanálisis o a los interesados en las matemáticas?

-A los interesados en las matemáticas les parecerá un poco trivial porque no hay ningún resultado matemático. Quizá algunos matemáticos descubran el teorema de Gödel, del que hablo en el capítulo dos. A los psicoanalistas les hará mucha gracia o les entrará diarrea, dependiendo de si son Lacanianos fervientes o no.

-¿Es posible formalizar matemáticamente el inconsciente?

-No, por varios razones. La primera de ellas es que la disciplina psicoanalítica es muy joven. En segundo lugar, el inconsciente no se puede formular porque no tiene representación y si se hace ya sería consciente. Como seres finitos, no podemos representar lo infinito. Por último, el inconsciente de Freud es pulsional. Por tanto, no se podrá formalizar nunca.

-Quizá tampoco es necesario formalizarlo, ¿no?

-Claro, yo creo que no es necesario en este momento. Además, tampoco sabríamos lo que queremos formalizar. Como decía Spinoza, «nadie sabe lo que puede un cuerpo». Yo, parafraseándole, digo que nadie sabe lo que puede un hombre, solo sabemos lo que hemos hecho hasta ahora.