La ponencia técnica de la Comisión Balear de Medio Ambiente (CBMA) informó ayer favorablemente el proyecto de construcción de la planta de triaje del vertedero insular, una iniciativa que -como todo lo relativo al Plan de Residuos de Ibiza- arrastra un retraso de más de una década. Después del beneplácito de la comisión técnica, deberá ser el plenario de la Comisión, que se reúne el próximo jueves, el que dé el visto bueno definitivo al proyecto, pero fuentes del Govern dieron ayer por seguro que el dictamen irá en el mismo sentido.

De este modo, se supera uno de los trámites que faltaban para que este proyecto pueda culminar su paso por las administraciones y empiecen a ejecutarse las obras. La planta de triaje tiene como objetivo la separación de los restos de los residuos sólidos urbanos que llegan al vertedero para poder reaprovechar la fracción orgánica mediante compostaje. Se trata de una las piezas clave del proceso de modernización del vertedero iniciado en la etapa de Pilar Costa al frente del Consell.

Después de que la Comisión Balear de Medio Ambiente dé el jueves su autorización definitiva, solo quedará que el Consell de Ibiza apruebe el proyecto, lo cual podría suceder, según indicó ayer el conseller insular de Medio Ambiente, Miguel Vericad, en el próximo pleno de la Corporación, en marzo, o en el siguiente, como muy tarde. Sin embargo, el proyecto deberá superar todavía una fase de alegaciones, dado que la tramitación es «bastante compleja», reconoció Vericad. En todo caso, afirmó que «ya no tardará mucho en iniciarse la construcción de la planta», que según los cálculos del Consell podría prolongarse durante dos años. La institución insular, sin embargo, aún negocia «flecos» con la empresa Giref.

Movimiento de tierras

El conseller afirmó que la parte más importante de las obras consistirá en movimiento de tierras, que requerirán «hacer algún desmonte», pero afirmó que no se ampliará el actual perímetro del vertedero de Ca na Putxa.

Todas estas obras y la construcción de la planta en sí tendrán un coste de 36 millones de euros, financiación que adelanta la Unión Temporal de Empresas Giref, concesionaria de la explotación del vertedero, y que en principio está previsto amortizar a través el canon que pagan los ayuntamientos por el uso de esta instalación.

El Consell de Ibiza está incumpliendo el Plan Director Sectorial de Residuos aprobado en 2001 por el gobierno de Pilar Costa. Ese plan establecía que el periodo máximo para la puesta en marcha de la planta sería de dos años a partir de entonces. Esa demora provoca, a su vez, que no se estén cumpliendo, ni de lejos, los principales objetivos previstos en el Pan Director sobre la reducción de la masa de residuos que se deposita en el vertedero. A pesar de que a estas alturas apenas debería entrar ya basura en el vertedero, por enviarse a reciclar casi toda ella, lo cierto es que más del 87% de los residuos generados en Ibiza continúan yendo a parar allí. El nuevo Plan Director se ha fijado metas más modestas y el Consell se marca ahora como objetivo doblar el porcentaje actual de reciclaje en el año 2020.

Pese a que solo se recicla actualmente un 13% de la basura que generan los hogares y empresas de la isla, Vericad afirmó que se trata de una proporción parecida a la media estatal en España.

No está previsto que el nuevo Plan Director -que aún está en tramitación- sea sometido a una consulta popular, porque «no supone un consumo de territorio», y además es una actuación «obligada por ley». En concreto, las directivas europeas son las que obligan a respetar una serie de plazos a los países miembros para implantar determinadas proporciones mínimas de reciclaje del total de la basura.