Tras finalizar la exposición del proyecto, numerosas personas, varios de ellos vecinos afectados, tomaron la palabra para dar su opinión sobre el mismo. En primer lugar el expresidente del Institut d´Estudis Eivissencs, Marià Serra, lamentó que la consulta ciudadana iniciada «no tiene ninguna validez porque se trata de un proyecto ya cerrado» y denunció que «lamentablemente en Ibiza nos estamos acostumbrando a que el urbanismo se ponga por encima del territorio». En este sentido, apeló al Convenio Europeo del Paisaje para criticar que con construcciones como estas el paisaje de la isla «está desapareciendo».

Neus Prats, del GEN, también arremetió contra el proyecto y recordó las autovías como ejemplo de lo que no se debe hacer. «Las autovías no han arreglado nada y con este proyecto va a ocurrir lo mismo, destrozaremos el territorio y no habremos conseguido nada». Durante el turno de ruegos y preguntas la exconsellera y concejala de Santa Eulària, Carmen Ferrer, criticó que se iniciara este proceso de consulta porque puede retrasar la realización del proyecto, «una obra necesaria porque ahora mismo esta carretera tiene ahogada a una parte de la isla, que es Santa Eulària».

Durante las intervenciones, una ciudadana calificó de «paripé» la consulta y varios vecinos de Ca na Negreta protestaron por la ubicación de la variante que iba a afectar a sus viviendas, así como a algunos campos de cultivo de la zona. Del centenar de personas que acudieron a la cita solo la mitad se acercaron a la urna para mostrar su opinión sobre el proyecto de reforma de la carretera.