A pocos días del inicio de la demolición de la vieja estación marítima, se mantiene la previsión de que el edificio que se levantará posteriormente en el extremo del Martillo para dar servicio a las marinas tenga unas dimensiones de «30 por 20 metros», es decir, 600 metros cuadrados, según fuentes cercanas al proyecto. Desde el Ayuntamiento prefieren no dar aún por definitivas estas dimensiones, ya que no han recibido aún «una confirmación oficial» por parte de la Autoridad Portuaria de Balears (APB), según explicó ayer una portavoz municipal.

El presidente de la APB, Joan Gual de Torrella, anunció el pasado martes que el próximo lunes arrancan los trabajos de derribo del edificio de 800 metros cuadrados del Martillo, que se podrían prolongar unas semanas.

Solo una parte del viejo inmueble se solapa con el nuevo edificio previsto en esta zona, que se ubica más al norte del contramuelle. Según fuentes conocedoras del proyecto, las dimensiones no incluyen la visera del edificio ni el graderío que dará continuidad a la plaza.

Con todo, su ejecución se considera «sencilla», un «pliegue del hormigón» que se convierte en una cubierta para el edificio diáfano diseñado por un estudio ibicenco de arquitectos. Por esta simplicidad, se considera que la obra podría estar terminada en «un plazo muy corto, alrededor de tres meses» y, por tanto, estaría listo en el tiempo que falta para el inicio de la temporada.

Estas fuentes insisten en las bondades del proyecto porque «supone ganar un espacio para la ciudad».

Una vez concluidos los trabajos, este edificio quedaría «como un local vacío», a expensas de ajustar la distribución a las necesidades de los concesionarios de la marina para grandes esloras en el muelle de Levante, la licitación que, según la APB, condiciona que no se pueda renunciar a un edificio en el Martillo. «Está por ver si no se podrá ocupar en febrero o marzo», explicaron las fuentes.

Desde el Ayuntamiento de Ibiza insistieron en que la APB se ha comprometido a proporcionar una «calendarización» de las actuaciones previstas en el conjunto del puerto de Vila, por lo que no hay nada cerrado. Así, insistieron en que a falta de una confirmación oficial de la APB, tampoco está cerrada la posibilidad de conseguir una reducción del edificio del Martillo, que Gual de Torrella se comprometió a estudiar en una junta de portavoces de diciembre pasado.

Tras la reunión de la junta de portavoces de esta semana, el alcalde, Rafa Ruiz, apuntó que si el inmueble se reducía más de los 600 metros cuadrados, se perdería espacio para la futura oficina de turismo prevista en este inmueble. El teniente de alcalde Joan Ribas, de Guanyem, consideró que «no es una cuestión excesivamente grave» que no se logre esa rebaja. Con todo, ayer el Ayuntamiento prefirió no dar por cerrada aún la negociación en este punto.