Los presupuestos generales de Sant Josep para 2016 ascienden a 32 millones de euros en el capítulo de ingresos y a 27,2 millones en el de gastos, según informaron ayer en rueda de prensa el alcalde Josep Marí Ribas, Agustinet, y el edil de Hacienda, Pep Cardona, Pujolet. Debido a la regla introducida por el Ministerio de Hacienda, la normativa de estabilidad presupuestaria que limita el dinero destinado al gasto, este cae un 4,5% respecto a 2015, por lo que se prevé un superávit de unos cinco millones de euros durante el próximo ejercicio. El equipo de gobierno también achaca esa reducción al Plan Económico-Financiero 2015-2016 aprobado por el Ayuntamiento, cuyo origen se encuentra «en el incumplimiento de la liquidación del techo de gasto del ejercicio de 2014».

Las inversiones para el próximo ejercicio también bajan ostensiblemente: de los casi seis millones de 2015 a los 3,4 millones de euros en 2016, un 42,3% menos. El edil de Hacienda explicó que ese descenso se compensará durante 2016 con el aprovechamiento del remanente de 2015, que también se prevé jugoso, un dinero (calculan que serán más de dos millones de euros) que se destinará esencialmente a infraestructuras relacionadas con el abastecimiento del agua, uno de los problemas más graves que padece el municipio. Por ley, el remanente solo se puede asignar a inversiones financieramente sostenibles.

Si bien se reducen inicialmente las inversiones durante 2016 (hasta la llegada de ese remanente, maná cuya cuantía se conocerá alrededor de mayo), aumentan los gastos corrientes y en personal. Aunque el Consistorio sigue sin poder aumentar su plantilla, sí facilitará la contratación de parados mediante programas de colaboración con el SOIB.

Uno de los aspectos más relevantes de estos presupuestos -los primeros del nuevo equipo de Gobierno-, al menos para los vecinos, es que se rebaja el impuesto de bienes inmuebles (IBI): queda en el 0,4%, el mínimo permitido por ley. Para reducirlo han eliminado el 0,1% de recargo transitorio, promovido desde el Gobierno central y que se aplicaba desde hacía dos años. A juicio del alcalde, «no tiene sentido» mantener ese gravamen añadido tan alto cuando se prevé un fuerte superávit de casi cinco millones de euros. Agustinet subrayó que esa bajada beneficiará al 50% de los contribuyentes.

Ese 0,1% de recargo transitorio no era moco de pavo: con su desaparición, el Consistorio dejará de ingresar 1,6 millones de euros. No obstante, se verá compensado en un millón de euros por la actualización fiscal de 3.000 referencias catastrales (de piscinas, ampliaciones y obras nuevas que hasta el momento no aparecían registradas).

Prevén asimismo que la recaudación mejore con la concesión de nuevas licencias de taxi (tres de ellas para vehículos adaptados). Por este concepto ingresarán 1,6 millones de euros, 450.000 euros más que en 2015.

Más empleo

Marí justificó que haya menos inversión (al menos en la primera mitad del año, hasta que se conozca hasta dónde alcanza el remanente de 2015) porque el Consistorio quiere que buena parte del dinero que gestiona sirva para paliar el paro: «Estos presupuestos -dijo al respecto- dibujan las líneas maestras de lo que se ha propuesto este equipo de gobierno». El gasto en personal sube, por ejemplo, un 5,2%, al pasar de 7,7 millones de euros a 8,1 millones. Como las directrices de estabilidad presupuestaria también impiden aumentar las plantillas, ese incremento se debe, según detalló el edil de Hacienda, a la colaboración del Consistorio con los programas del SOIB para ocupar y formar a parados del municipio. Además, Sant Josep subirá un 1% el sueldo a sus funcionarios y abonará el 50% de la paga extra de 2012 que aún debe a su personal.

El alcalde destacó el aumento de un 7,6% en el gasto del apartado de bienestar social, que pasa de los 837.000 a 901.000 euros. Suben de 20.000 a 30.000 euros las subvenciones a entidades sociales; la que recibe el Fons Pitiús de Cooperació, de 50.000 a 75.000 euros (un 50% más), mientras a Cáritas se entregan 51.000 euros para la atención a personas sin recursos y para el banco de alimentos.

Para las playas del municipio se prevén medio millón de euros más para mejoras, mientras la partida para el servicio de socorrismo crece un 45%: en 2016 recibirá 617.729 euros, 193.484 euros más que este año. Este incremento se debe, en parte, a que se contratarán un socorrista y una embarcación más para Platja d´en Bossa porque esa zona «ha subido a riesgo máximo». Se renovarán los totems en los que figuran el número de hamacas y sus precios en cada playa debido a su mal estado o a que buena parte han desaparecido (135.000 euros) y se dedicarán 226.000 euros al balizamiento. La conexión a las redes sanitarias de los baños públicos de Platja d´en Bossa costará 43.000 euros.