Carlos Benpar, director ganador de dos Goya por sus documentales ´Cineastas contra magnates´ (2004) y ´Cineastas en acción´ (2005) participó ayer en la proyección y coloquio sobre su película ´Capità Escalaborns´ en el Museo Arqueológico, organizado por el Institut d´Estudis Eivissencs, y hoy viajará a Formentera donde también se podrá la cinta ver a las 18 horas en la Casa del Poble de la Mola.

Benpar recuerda con cariño y entusiasmo el rodaje en 1989 de esta película de aventuras marineras en el contexto del final de la Guerra de Sucesión entre Austrias y Borbones. «Esta guerra provocó que varios políticos y militares catalanes importantes huyeran a Cerdeña donde estaban los Austrias. La película cuenta la historia ficticia de un contrabandista que trae en su barco de vuelta a Cataluña a algunos de estos políticos de forma clandestina. No sé si hubo algún contrabandista que realmente lo hizo, no es un personaje histórico», narra el director.

«Desde que era pequeño sentía una gran atracción por las películas de aventuras que empezaban con un rótulo o una voz en off que explicaba el contexto histórico que situaba la acción... Te lo explicaba muy bien en medio minuto, mejor que en los libros de historia del colegio, era de una síntesis perfecta», recuerda el director. Eso hizo que Benpar, devorador de películas desde su infancia, supiese más de la historia de Estados Unidos o de la Revolución irlandesa que de la historia de España.

En ´Capità Escalaborns´ sucede exactamente así: La película empieza con una voz en off que explica la situación de Cataluña después del 11 de septiembre de 1714, pero la acción no tiene una relación directa con eso porque es una película de aventuras.

Así, una vez contextualizada, la historia gira en torno a este contrabandista que retorna a Cataluña a los políticos de manera clandestina. «Hay una escena que a mí me gusta mucho, en la que el protagonista lleva a un político a su cueva para refugiarlo y le tapa los ojos durante el trayecto porque le dice: ´Ahora usted y yo estamos en la misma lucha contra los Borbones pero si esto acaba usted llegará al poder y yo seguiré siendo un proscrito, así que no conviene que sepa dónde me escondo´».

Para rodar, Benpar contó con un prestigioso historiador, Josep Maria Ainaud de Lasarte, que le asesoró para ser lo más fiel posible a las costumbres de la época. «Gracias a él supe que, después del 11 de septiembre, en las tabernas los cubiertos estaban atados a la mesa para que la gente no pudiera tener armas a mano».

Este período no está apenas abordado en el cine o la televisión y prueba de ello es que tuvieron que invertir el 10 por ciento del presupuesto en construir un barco de la época porque no había nada a lo que echar mano. «Nos costó 10 de los 100 millones de pesetas del presupuesto que tuvo la película. Hasta que no empezamos a rodar no sabíamos si aquello iba a flotar o no», bromea el director.

Descubrimiento de Ariadna Gil

«La verdadera película de aventuras fue el rodaje en sí mismo», asegura el director. «Los militares tenían unas prácticas de tiro al lado de donde estábamos rodando en la costa. Nos dijeron que nos fuéramos y no nos fuimos y bombardeaban a poca distancia de nosotros», relata. Eso sin mencionar el hecho en sí de rodar en el mar, ya que para que no se vea la costa en los planos en alta mar tenían que zarpar a las cinco de la mañana. Benpar muchas veces se llevaba a todos los actores con él porque dependiendo de las condiciones podía rodar una escena u otra. «Fue toda una aventura», insiste, a la vez que lamenta que «se han hecho muy pocas películas de aventuras marinas y mira que hay tradición marina».

Esta película fue además el descubrimiento de Ariadna Gil, ya que antes solo había salido apenas 20 segundos en ´Lola´ de Bigas Luna, y en ´El complot dels anells´, de Francesc Bellmunt i Moreno donde sí tenía un papel protagonista «pero se pasaba toda la película con gafas oscuras y la única vez que se quitaba las gafas oscuras se quitaba todo el resto de la ropa con lo cual no te fijabas en los ojos», se ríe Benpar. Así que el papel en ´Capità Escalaborns´ la hizo destacar mucho y a raíz de esta película hizo ´Amo tu cama rica´ de Emilio Martínez Lázaro que fue la que la lanzó. «Además Martínez Lázaro hizo una cosa muy atrevida que le salió bien, cortarle el pelo y eso que tenía una melena fantástica», recuerda Carlos Benpar.

Este director ha destacado especialmente en su faceta de documentalista, en la que el cine tiene un papel fundamental. Prueba de ello es ´Cineastas contra magnates´, un alegato lleno de ejemplos jugosísimos contra la manipulación de la película una vez terminada, desde el cambio de velocidad de las películas mudas hasta el coloreado electrónico de films rodados en blanco y negro.

Esa vinculación inseparable entre vida y cine para Benpar se materializa en su documental ´Al final de la vida´ (2008), rodado pocos meses antes de la muerte de su madre y que tan sólo se programa una vez al año, cada 26 de febrero. Ese día de 1964 madre e hijo vieron juntos la película que marcó el futuro cinematográfico de Benpar, ´El Proceso´, de Orson Welles. Desde entonces la veían cada 26 de febrero.