La pianista china Mary Wu, nombrada Mejor Pianista de China en 2012 y Mejor Artista Musical del Año en 2010, trae la música más poética y más cercana a la naturaleza al Festival Internacional de Música de Ibiza. Esta noche, a partir de las 22 horas en Sant Carles, la artista interpretará varias composiciones de Chopin, Mompou o Scriabin. El piar de las alondras también estará presente gracias a su interpretación de ´L´Alouette Calandrelle´ de Messiaen, pieza que es todo un desafío para la artista. «Es todo un reto porque cubre las notas más altas y muy rápidamente pasa a las más graves. Además, imagina hacer el canto de los pájaros nota por nota, frase por frase», apunta Wu.

La poesía en los títulos de las obras y que los «trabajos despiertan mucho la imaginación», son las líneas vertebradoras de este programa. «Además, son todo piezas que están compuestas en París, a excepción de dos, que son de compositores chinos. Todas tienen tanta relación con la vida, la naturaleza... creo que es un programa que será muy asequible para el público».

Asimismo, el origen de algunas de estas piezas son otras obras de arte como las ´Baladas´ de Chopin inspiradas en poemas de Mickiewicz, o ´Still life´ de Kwong basado en unas pinturas chinas. «Estoy muy emocionada de ser la primera en tocar en España la música de estos jóvenes de Hong Kong (refiriéndose a las piezas de Kwong y ´Unsent Letters´ de Li)», explica.

Wu, considerada una de las diez personas más influyentes de Hong Kong en 2003, comenta que su presencia en el festival se debe a la ayuda del Hong Kong Arts Development Council, una entidad estatal encargada de la cultura, que carga con todos los gastos del viaje de la pianista. «Aunque no tienen un presupuesto enorme, apoyan mucho para que a los artistas puedan salir fuera de China. Creo que es un gran soporte. Te demuestra que no estás solo», detalla Wu.

Wu explica que la afición en China por el piano es enorme, ya que solamente en Hong Kong hay más de 50.000 profesores, según ella un número superior al de policías. También apunta que figuras como Lang Lang y Li Yundi han hecho que los padres quieran que sus hijos sean como ellos. «Es como entrenar a los niños desde pequeños para que lleguen a los Juegos Olímpicos», comenta.

Además, también se dedica a la docencia, una tarea de la que destaca el placer de poder trasladar a los alumnos la pasión que ella siente por el piano. «La pasión es lo más importante -añade Wu-. Pero a veces también se puede apagar. Por ello, hay que alimentarse de otros tipos de músicas».

Para Wu, actualmente hay muchos jóvenes muy talentosos pero no considera que estén «centrados». «No están centrados, puede ser que sea por todos los ordenadores, móviles... Como tendencia veo que a veces son muy rápidos para coger las cosas, pero tardan más en profundizar en ellas», lamenta. «Eso sí, los que son muy buenos, lo son igual», añade.

«Creo que contextualizar la música clásica contemporánea puede ayudar al espectador a apreciarla mejor. Pero las obras de Chopin, Liszt... hablan por sí solas, el público no necesita una explicación para disfrutarlas», concluye la pianista.