El presidente de Agroeivissa, Juan Marí, y el de la Cooperativa Agrícola de Sant Antoni, Juan Tur, criticaron el retraso de la puesta en marcha de la planta de triaje de Ibiza. «Debería funcionar desde 2003. Estamos en 2015 y aún está por desarrollar», lamentó Marí.

Para los agricultores, la única solución definitiva para erradicar la acumulación de lodos en las líneas de depuración es la apertura de una planta de compostaje. Los productores ibicencos compran la materia orgánica, estiércol, en la Península y anteriormente lo importaban de Israel.

Actualmente, no utilizan los fangos de las depuradoras debido a que el hedor es insoportable para los vecinos. Sin embargo, constataron que si los lodos estuvieran tratados «como es debido» serían buenos para sus cultivos, ya que en la isla no hay industria pesada. «Sería una solución beneficiosa para ambas partes, tanto para la población como para los agricultores. Por ello, la planta de triaje debería haber sido una prioridad», apostilló Tur para después añadir que «antes de atraer a más turistas hay que pensar en qué se hará con los residuos».

Por otro lado, los agricultores consideran que no aprovechar el agua regenerada en las depuradoras es un despilfarro. Es un agua con alto contenido en cloruros, pero ambos presidentes coinciden en que si se llevaran a cabo los procesos de depuración adecuados, este agua podría servir para regar los cultivos. «La solución más fácil y más barata es tirarla al mar. Hace falta voluntad política para buscar soluciones», apuntó Tur.