El gran aumento de la actividad turística y la presión humana, unido a la sequía que padecen las Pitiusas durante los últimos años ha provocado la sobreexplotación de los recursos hídricos, que son escasos. El ´Análisis de la Gestión del Agua en la Isla de Ibiza´, elaborado por la UIB, el GEN-GOB y el Fondo para la conservación, alerta de que doce de los diecisiete acuíferos de Ibiza y Formentera están en «mal estado» por su bajada de nivel, salinización o contaminación por otras sustancias. Sobre estos acuíferos se construyen los pozos y perforadas para, junto a las desaladoras, garantizar el suministro de agua.

Las masas de agua subterráneas que, según este estudio, están afectadas por el descenso de nivel por la intrusión marina o bien porque no existe un equilibrio entre las extracciones y las entradas por la infiltración de lluvias, son las siguientes: Portinatx, Santa Agnès, Pla de Sant Antoni, Cala Llonga, Roca Llisa, Es Canar, Cala Tarida, Port Roig, Santa Gertrudis y Serra Grossa.

Además, seis acuíferos ibicencos están salinizados porque alcanzan niveles de cloruros (sales) superiores al umbral establecido de 185,5 miligramos, según las entidades que han realizado el estudio. Serra Grossa, como ya publicó este diario, es el caso más preocupante de sobreexplotación de un acuífero en Ibiza. Según los datos que se desprenden del estudio, la masa de agua subterránea de sa Serra Grossa registra un promedio de 3.330 miligramos de cloruros por litro y los análisis de algunos de sus pozos muestran valores en torno a los 4.000 miligramos por litro, según el informe. Los acuíferos de Santa Agnès, Roca Llisa, Port Roig, Santa Gertrudis y Jesùs también tienen índices de salinidad superiores al umbral.

Los resultados de las analíticas de las masas subterráneas de Pla de Sant Antoni y sa Serra Grossa indican la presencia de otras sustancias contaminantes, plaguicidas e hidrocarburos, respectivamente.

En cuanto al acuífero de Formentera, el informe refleja que pese a no estar en mal estado por la bajada de nivel, presenta alta concentración de sales, con valores medios de 2.771 miligramos por litros y, además, el agua subterránea está contaminada por nitratos.

Los datos reflejados en el ´Análisis de la Gestión del Agua en la Isla de Ibiza´ están basados en la Memoria de la revisión del Plan Hidrológico de las Illes Baleares (PHIB) correspondiente al segundo ciclo de planificación, para el período 2015 a 2020, que fue aprobada por el Consell de Govern el pasado mes de mayo.

Los datos recogidos en la Memoria del Plan Hidrológico del 2012, publicados en este diario ese mismo año, señalaban que entonces eran ocho las masas de aguas subterráneas de Ibiza que se encontraban en mal estado por la salinización o la bajada de nivel: Santa Agnès, Pla de Sant Antoni, Cala Llonga, Roca Llisa, Cala Tarida, Santa Gertrudis, Jesùs y sa Serra Grossa.

El acuífero de Formentera también registraba una situación parecida a la actual, con más de 2.000 miligramos de cloruros por litro. Por el contrario, el agua subterránea de Jesús, que según los datos de 2012 era la más salada con un promedio de 7.800 miligramos, ahora registra una media de 544 miligramos de sales por litro.