Con tanta fuerza lució el sol en el Primer Diumenge de Maig que llegó un momento en el que cabía preguntarse si la meteorología estaba bendiciendo o castigando los festejos. A resguardo y bien recogidos estuvieron los fieles que, como todos los años, abarrotaron el Puig de Missa para escuchar la homilía del obispo de Eivissa y Formentera, Vicente Juan Segura. Él se encargó de la parte más espiritual del sermón mientras que el párroco de Santa Eulària, Vicent Ribas, asumió los quehaceres más terrenales y empleó los últimos minutos del oficio para hacer balance, recordar los logros, los trabajos pendientes y agradecer la ayuda de las instituciones y particulares que colaboran con la Iglesia en este municipio.

A la homilía, magníficamente animada por las voces del coro local, que se supera año a año, asistieron más de dos decenas de políticos. En los bancos más cercanos al altar, reservados como es costumbre a las autoridades, se encontraba más solito que la una Vicent Torres, secretario general del PSOE, rara avis entre los representantes del PP, que desplegó todas sus huestes. Al equipo de gobierno de Santa Eulària se sumaban el presidente del Consell; todos los alcaldes y alcaldesas de la isla; la consejera de Estado María Luisa Cava de Llano; el conseller balear de Hacienda, José Vicente Marí Bosó, o el diputado Enrique Fajarnés, entre otros. En resumen, tres filas de representantes institucionales sin contar a los ediles de la localidad.

Con las obras hemos topado

Todos escucharon atentamente al obispo que, con la imagen de la Virgen del Rosario a su derecha, relataba la leyenda que cuenta cómo se hundió la iglesia sin causar víctimas, ensalzaba los orígenes de esta fiesta popular y recordaba que mayo es el mes de María. Vicent Ribas felicitó a todo el pueblo y a las madres pero, más mundano, se acordó también de agradecer al Ayuntamiento que haya encalado la iglesia para que ayer pudiera «brillar». Dicen que ser agradecidos es de bien nacidos y el sacerdote no quiso dejar marchar a Maria Ferrer, que deja el Consistorio para incorporarse a las listas del Consell, sin darle las gracias por su ayuda durante los últimos años, en los que, según explicó, la ha estado «martirizando» como responsable de Obras. Los feligreses aplaudieron a Ferrer antes de que el párroco hiciera extensivo su agradecimiento a toda la Corporación: «Cada uno tiene sus ideas pero, por encima de todo, somos hermanos y eso no se nos debe olvidar nunca».

«Pues nuestro hermano mayor no nos deja montar un speakers corner», debía estar pensando Vicent Torres. Ribas se mostró complacido con el Ayuntamiento de Santa Eulària que hace unos años entregó su Medalla de Oro a las Trinitarias por su labor en el hogar Mare de Deu del Remei, el año pasado premió a los voluntarios de Cáritas y el viernes entregó un Xarc al Club Parroquial. No quiso olvidar a Josep Estellés, uno de los promotores de esa labor parroquial «desaparecido hace unos meses».

Y cuando ya parecía que iba a perderse en el bosque de la gratitud, regresó el párroco reivindicativo, ese que cada año pasa cuentas aprovechando la presencia de las autoridades. «Algunos ya lo están esperando y sí, este año toca todavía hablar de obras, aunque espero que sea el último», advirtió. Para aquellos que no suben al Puig de Missa con la asiduidad que a él le gustaría, explicó que en los últimos meses se han terminado los baños públicos y la nueva sacristía y que espera en breve que ocurra lo mismo con la casa parroquial, la última del municipio que faltaba por arreglar después de las de Jesús, Santa Gertrudis y Sant Carles.

«No me lo dijiste en confesión€»

Aseguró que el arregló será posible por la colaboración del Consistorio y el Consell y confesó que con el Govern, en cambio, había estado «un poco dolido». «Hace seis años nos animaron a presentar el proyecto de reforma de la casa parroquial, nos dijeron que nos pagarían el 80 por ciento, pero al cabo de unos meses decidieron que había otra iglesia que estaba peor en Mallorca y que destinarían el dinero allí», apuntó el religioso. Desde entonces, explicó, han estado insistiéndole al Ejecutivo autónomo, erre que erre, todos los primeros domingos de mayo y cada vez que un político santaeulaliense viajaba a Palma. La tenacidad, al fin, parece que dará fruto ya que Ribas anunció que «el otro día» recibió una llamada de Marí Bosó. «Me dijo que no era necesario que lo contara pero, como no me lo dijiste en secreto de confesión€», indicó dirigiéndose al conseller, sentado en la primera fila. La buena nueva es que Mallorca pondrá 125.000 euros para que esa remodelación se materialice.

Con ese buen sabor de boca salieron los fieles del templo para encontrarse con un sol abrasador bajo el cual danzaron los balladors de Es Broll mientras decenas de turistas y vecinos inmortalizaban sus ejecuciones con tabletas y móviles.

Una marea de personas ataviadas con sus mejores galas descendió a pie hacia el centro del pueblo, a tiempo para presenciar el desfile de la banda de música Sa Colla des Riu y la Agrupación Musical Virgen de la Estrella, de caballos y carros llegados de de distintos puntos de la isla y de los siempre curiosos vehículos antiguos. La exhibición de doma menorquina y los bailes tradicionales fueron también parte de la recompensa de los cientos de ciudadanos que, protegidos bajo las gafas de sol, aguantaban en pie a ambos lados de la calle Sant Jaume o se protegían en la sombra de alguna terraza. Es ya norma que el alcalde y otros políticos se suban a los carros y paseen entre la multitud, como la reina de Inglaterra, sí, pero en versión rural. Los propietarios y conductores de estos carros y caballos no pierden la buena costumbre de anar a maig y suelen comer en Santa Eulària este día, en el que los restaurantes locales trabajan a destajo. Luego, a media tarde, es fácil verlos de regreso a sus dominios por las carreteras de Sant Carles o Vila.

Los osos toman la calle

Santa Eulària era ayer un hervidero de gente que se agolpaba por momentos junto a los espectáculos principales para repartirse después en los distintos espacios habilitados con motivo de las fiestas, cada vez más numerosos. No solo la plaza de España y s´Alamera acogían la habitual feria de maquinaria agrícola o el mercadillo hippy; también las calles peatonales adyacentes se llenaron de tenderetes de artesanía o asociaciones. El Teatro España, escenario al que se ha trasladado en los últimos años la explosición floral, se llenó de nuevo de aromas y colores primaverales. Esta muestra, cita imprescindible en el programa de fiestas del Primer Diumenge de Maig, atrae edición tras edición a aficionados a la jardinería, a señoras que recuerdan cómo estaba de bonita la planta de su vecina el año anterior y quieren certificar su evolución y a estetas que simplemente se deleitan con el espectáculo.

Aunque algunos subieran hasta el campo de fútbol para disfrutar del partido que enfrentaba a la Peña y el Portmany, la actividad en el núcleo urbano no decayó durante la tarde. Sorprendió especialmente una de las novedades de este año, los Óssos del Pirineu, un espectáculo de teatro callejero a cargo de Tutatis Productions gracias al cual inquietantes figuras recorrieron el centro de la localidad en dirección a la plaza de España. Una misa rociera precedió la bajada en procesión de la Virgen del Rosario desde el Puig de Missa hasta la capilla de Lourdes, donde se realiza una ofrenda floral. Había que decir adiós al día grande por todo lo alto y de eso se encargaron los muchachos de Pota Lait que se despidieron de su público por todo lo alto y acompañados de amigos en un concierto ´Serrado por miedo es-senico´.