­La magistrada Martina Rodríguez ha condenado a dos años de cárcel a F. C. S., un electricista que examinó una instalación eléctrica y permitió una conexión a unos feriantes que montaron sus atracciones y se instalaron en caravanas en febrero de 2010 en un descampado junto al Palacio de Congresos de Santa Eulària. Uno de ellos falleció días después electrocutado al pisar cables que estaban sobre la tierra en una zona encharcada, puesto que había llovido mucho.

La titular del juzgado de lo Penal 2 de Ibiza condena al trabajador, natural de la Villa del Río y de 43 años, por un delito de homicidio por imprudencia grave. Además de la pena de prisión, deberá abonar la mitad de las costas del proceso y la empresa para que trabajaba tendrá que hacerse cargo de la responsabilidad civil: 114.482 euros para la madre y la viuda del feriante, Said Hadouchi, un marroquí que tenía 31 años.

No tiene titulación específica

La juez explica en el apartado de hechos probados de la sentencia, a la que ha tenido acceso este diario, que una representación de los feriantes se reunió en el Ayuntamiento de Santa Eulària con un técnico de Cultura, que también fue juzgado en esta causa, pero ha quedado absuelto. El regidor avisó al responsable de la empresa de electricidad contratada por el Consistorio, que envió a uno de sus empleados, F. C. S. Este hombre, cuyos antecedentes se ignoran, carece de titulación específica pero tiene más de 20 de años de experiencia en la profesión. No dependía en ningún aspecto del Ayuntamiento.

Una vez en el descampado, el ahora condenado acompañó a los feriantes a un centro transformador de alta y baja tensión del que sale una red hasta un armario propiedad de Endesa, del que a su vez parte una alimentación a los contadores de alumbrado público del Ayuntamiento.

El electricista examinó la instalación e indicó a los feriantes el lugar exacto al que deberían conectar. Además, les comunicó que dejaría todo preparado y les comentó que iba a cambiar un cable que no presentaba un buen aspecto, como así hizo.

Entre los días 9 y 11 de febrero de 2010 los responsables de las atracciones realizaron las conexiones a través de un interruptor magnetotérmico del cable multiconductor. La caja propiedad del Consistorio no estaba configurada para otro uso que no fuera el alumbrado municipal. Además, no existía protección diferencial en la cabecera, como exige el reglamento que regula la baja tensión en las ferias y espectáculos que se ubiquen en el exterior, ni otros elementos de protección. Por si fuera poco, la forma de sacar la línea no fue la correcta, según recalca la juez.

El 18 de febrero sobre las nueve y media de la noche, entre nueve y diez días después que se realizasen las conexiones, Said Hadouchi, que ocupaba esos días una caravana junto a otro feriante (el propietario del vehículo), salió al exterior, para lo que descendió por una escalera metálica, bajo una intensa lluvia. Al entrar en contacto con cables mojados sumergidos entre charcos, murió electrocutado.