Los responsables en Ibiza de la redacción del pacto educativo confían en que los partidos políticos suscriban antes de las elecciones de mayo el documento de consenso sobre la enseñanza que todas las islas aprobarán en los próximos meses. Así lo señaló ayer el portavoz de Pitiüses per l´Acord Educatiu, Joan Amorós, antes de la presentación en el centro cultural de Jesús de los acuerdos alcanzados en Ibiza. Un acto en el que fueron los propios implicados los que presentaron cada uno de los once bloques en los que se estructura el documento y los que protagonizaron las actuaciones de la gala.
El documento firmado en las Pitiusas por docentes, alumnos, familias e inspectores de educación es más amplio que el que, seguramente, se acordará para toda la Comunitat, señaló Amorós, que destaca el esfuerzo que están haciendo todos los colectivos implicados en este proceso para conseguir el consenso. «Está muy avanzado», apuntó el portavoz, que señala que al acuerdo total sólo será posible si todas las partes están dispuestas a ceder «un poco». En este sentido, explicó que, por ejemplo, han preferido no entrar en la discusión de si la escuela debe ser laica porque en la redacción del documento está implicada la asociación Escola Catòlica. «Creo que no es el momento de entrar en eso», opinó Amorós, que señaló que no se han producido cambios «muy significativos» respecto al primer borrador. «Estamos muy contentos con la participación de la gente», añadió el portavoz, que anunció que la presentación del documento supone también la «muerte» de Pitiüses per l´Acord Educatiu, ya que a partir de ahora los representantes de todas las islas pasarán a debatir el documento balear en Illes per un Pacte.
El texto reivindica «modernizar» la enseñanza y potenciar el concepto «aprender a aprender» y dejar a un lado el aprendizaje «memorístico», así como valorar y estimular los diferentes tipos de inteligencia (manual, emocional, física...) y garantizar la «igualdad de oportunidades» de todos los alumnos. Insiste en la necesidad de profesionalizar la labor docente para evitar que opten por dar clase personas sin vocación y que únicamente ven en la enseñanza una salida laboral sencilla, sin pensar que perjudican a los alumnos. También facilitar que los docentes que no estén haciendo bien su trabajo puedan perder su plaza si suman varios informes negativos.
El documento pide a las familias una participación más activa en la enseñanza de sus hijos y exige a las instituciones que les tengan más en cuenta, así como que garanticen una mayor autonomía de los centros. De hecho, aboga por establecer sistemas para evitar guetos en los centros, aunque para ello haya que dejar en un segundo plano la elección de escuela de los padres.
Formación continua
También deben profesionalizarse los equipos directivos, con una formación específica y unas elecciones en las que participen todos los colectivos y que estén basadas en el proyecto educativo presentado para cada uno de los aspirantes. Los equipos directivos deberían poder escoger a parte de sus profesores. Estos últimos, además, deben tener la obligación de formarse continuamente, no sólo cuando les interese para cobrar sexenios.
La materia a enseñar debe reducirse, ya que es «inasumible» y los contenidos deben adecuarse al entorno en el que se encuentra cada centro. Los valores y las lenguas extranjeras deben ser pilares del currículum. De hecho, los proyectos lingüísticos también deberán adaptarse a la realidad de cada colegio o instituto, aunque la lengua propia tendrá «un trato preferente». Para enseñar lenguas extranjeras será imprescindible reducir el número de alumnos por aula, de manera que se pueda garantizar la práctica oral.
La Formación Profesional se diseñará teniendo en cuenta las necesidades de las empresas y los servicios sociales estarán coordinados con los centros y trabajarán en red para mejorar la atención a los alumnos que lo necesiten. Por último, los centros se abrirán a la sociedad y potenciarán el asociacionismo de los alumnos, explicaron docentes, alumnos y padres y madres durante la presentación, que concluyó con los sones de la popular ´Bona nit blanca roseta´.
