­Las polémicas prospecciones en busca de petróleo, cuyo rechazo social trata de liderar el presidente José Ramón Bauzá, ya se han llevado a cabo en aguas baleares. Fue hace escasos meses y causaron un serio impacto sobre la fauna marina, con pleno conocimiento del Govern. No obstante, hasta ahora lo ha ocultado.

"Tenemos pruebas", revela un informe de la conselleria de Medio Ambiente al que ha tenido acceso este diario, de que el año pasado ya se realizaron "sondeos de prospección sísmica con cañones de aire comprimido" en el fondo acuático, lo que produjo una fuerte contaminación sonora con efectos negativos "en todo el mar balear". Y no solo eso, "lo peor" -señala textualmente el citado dictamen- es que los disparos tuvieron graves perjuicios para animales marinos, al tener lugar "en plena época de migración de las ballenas", a su paso por el archipiélago. Los efectos de estos cañones sobre los cetáceos y otras especies, alertan otros informes de la misma Conselleria, pueden ser "letales" y originar "cambios de comportamiento" de la fauna.

Técnicos del Govern constatan que estos disparos submarinos pueden alcanzar niveles de hasta 235 decibelios, llegando a afectar acústicamente a un área de hasta 300.000 kilómetros cuadrados; añaden que el umbral de ruido que provoca dolor en humanos es de 120 decibelios, y de 180 en el caso de cetáceos. "Ruidos de intensidad superior a los 100 decibelios, ya ensordecedores, se pueden oír a decenas de kilómetros de una fuente de 230 decibelios", advierte el primer informe reseñado.

Detonaciones en Eivissa en julio

La opacidad del Govern respecto a lo ocurrido es manifiesta. El 24 de septiembre del año pasado, el grupo ecologista de Eivissa GEN ya denunció que había habido detonaciones durante cinco días de julio en aguas del archipiélago, procedentes de varias embarcaciones cuya identidad y posición exacta se desconocía. Las explosiones pudieron ser grabadas por un barco con investigadores de la Universidad de Saint Andrews (Escocia). A su vez, la asociación Tursiops detectó una anormal presencia de cetáceos al sureste de las Pitiüses, que vinculó a su huida de las zonas donde se lanzaban los cañones de aire comprimido.

Las explicaciones de la conselleria de Medio Ambiente se limitarse a afirmar que su directora general, Neus Lliteras, había enviado una carta al Ministerio del ramo, expresando su "inquietud" ante los posibles sondeos y solicitando más información. El Govern no hizo público entonces que tenía en sus manos un informe propio fechado el 24 de julio de 2013, que constataba que ya se habían hecho prospecciones meses antes, en abril.

Su autor es el jefe del Servicio de Recursos Marinos del Govern, que cuenta con una dilatada y rigurosa trayectoria profesional. Los cañonazos disparados que desvela el experto funcionario de Medio Ambiente serían atribuíbles a la multinacional Seabird Exploration, dedicada a la búsqueda de bolsas de petróleo en el fondo marino. Es una de las empresas que en 2011 solicitó autorización al ministerio de Medio Ambiente para llevar a cabo una campaña sísmica en áreas libres del golfo de León, frente a las costas de Cataluña y las Illes Balears, y que ha puesto en alerta a la sociedad y políticos de las islas.

Tras desestimar una vez más las alegaciones de la compañía, aduciendo las consecuencias negativas sobre la pesca y las especies marinas que supondría permitir el proyecto, el informe del funcionario subraya que, "en todo caso, lo peor es que tenemos constancia de que las campañas de sondeo mediante air guns [los referidos cañones] se iniciaron en abril (en concreto, tenemos registros de hidrófonos correspondientes a los días 16 y 17 de abril de 2013, con cadencias regulares de baja frecuencia en intervalos regulares de aproximadamente 10 segundos), en plena época de migración de los rorcuales comunes", denuncia.

Cuestionamiento de la empresa

Acto seguido, el dictamen reprocha a la multinacional dedicada a las exploraciones petrolíferas que en su petición , "redactada en junio de 2013, aún habla de respetar el periodo primaveral de migración" de estas ballenas.

La realidad, concluye el funcionario, es que "tenemos pruebas de que, contra lo indicado en la documentación aportada por los peticionarios [Seabird Exploration], en abril de 2013 se han realizado sondeos de prospección sísmica con cañones de aire comprimido que han sido perfectamente audibles (con los dispositivos apropiados) en todo el mar balear, cosa que vulnera uno de los compromisos respecto a no trabajar en el periodo de migración de las ballenas". Dichas prácticas de la compañía conducen al autor del informe a cuestionar toda la finalidad del proyecto. El haber violado el periodo migratorio que la propia firma se comprometió a respetar, a cambio de obtener el permiso, "nos induce a dudar del resto del contenido de sus escritos", remacha.