Penélope Palacios, hija del presidente del Grupo Munreco (propietarios de la marca de relojes Viceroy), contrajo ayer matrimonio con el empresario Mikel Arrospide en la catedral de Ibiza, en Dalt Vila. Los novios se dieron el sí quiero en una emotiva ceremonia oficiada por el obispo de Ibiza, Vicente Juan Segura. El altar se decoró para la ocasión con centenares de orquídeas blancas.

Ibiza fue ayer el escenario de una de las bodas más importantes del año. La hija de Juan Palacios eligió la isla para celebrar uno de los acontecimientos más especiales de su vida. A las ocho de la tarde, noventa minutos antes del inicio de la boda, ya se ultimaban los detalles para que la catedral fuese el escenario soñado del enlace. Cuatro mujeres barrían la plaza de la Catedral para que los novios y los invitados la encontrasen impoluta, mientras que otros dos hombres colocaban una alfombra de color gris perla en la entrada del edificio.

Los miembros del dúo musical Los del Río, Antonio Romero y Rafael Ruiz, fueron de los primeros invitados famosos en llegar, ya que a las nueve menos cuarto ya estaban en la plaza de la Catedral. Como habían llegado puntuales, no tuvieron ningún reparo para posar ante la decena de fotógrafos que cubría este evento social. Sin embargo, la invitada a la que se dirigieron todos los flashes nada más pisar el suelo empedrado de Dalt Vila fue la empresaria y mánager Susana Uribarri, que lucía un vestido largo de color visón, adornado con pedrería. Otros de los rostros conocidos que no quisieron perderse la ceremonia religiosa fueron Jesús Álvarez, periodista y director de Deportes del Telediario de Televisión Española; Jaime de Marichalar, exmarido de la infanta Elena de Borbón, el también periodista Pepe Navarro y el expiloto Ángel Nieto.

El ruido de las campanas de la catedral anunciaba que ya eran las nueve en punto. Segundos más tarde, apareció el coche en el que viajaban Arrospide y su madre. Nada más bajar del vehículo (un Audi A8 de color negro) el novio, que vestía con un traje de chaqué, cogió a su madre del brazo para ser fotografiados antes de dirigirse hacia el altar, ambos con una sonrisa de oreja a oreja dibujada en la cara. Media hora después, un automóvil Bentley paró justo enfrente de la entrada, lo que provocó que los fotógrafos se agolpasen a su alrededor. La protagonista acababa de llegar. Penélope Palacios lucía un elegante vestido blanco con encaje y arrastraba un velo de hasta tres metros de largo. Su padre escogió un traje de chaqué azul marino.

La ceremonia fue sobria y elegante, con detalles muy emotivos, como cuando las dos hijas de la novia subieron al altar para leer un salmo. Una vez declarados marido y mujer, Los del Río obsequiaron a los recién casados con una salve marinera, que cantaron acompañados por la coral de Ibiza.

Tras la boda, los invitados se trasladaron a la finca Can Castell, propiedad de Juan Palacios, para celebrar el enlace.