La Comisión Balear de Medio Ambiente, dependiente del Govern balear, acordó ayer reclamar al Ministerio de Medio Ambiente, pese a no ser vinculante, que someta a evaluación de impacto ambiental la campaña de sondeos para buscar bolsas de petróleo subsuelo marino entre la costa de Ibiza y la Península. La consellera insular de Medio Ambiente, Pepa Costa, que participó en la reunión de la comisión, pidió que el acuerdo incorporara por petición del Consell «la necesidad de que se desestime el proyecto por su elevado grado de insostenibilidad» puesto que «los graves impactos ambientales y socioeconómicos del proyecto difícilmente pueden ser minimizados o evitados».

Costa espera que la conselleria balear de Medio Ambiente eleve a Madrid su petición junto al informe de la comisión balear de Medio Ambiente. «Creo que se incluirá porque todo el mundo estaba de acuerdo», dijo Costa. El informe técnico de Medio Ambiente es «contundente», según Costa, al igual que el que previamente el Consell remitió al Ministerio.

En su informe, los técnicos reclamaban que la Comisión Balear de Medio Ambiente «se pronuncie en contra del proyecto y lo comunique al Ministerio de Medio Ambiente». «Cabe señalar que los impactos derivados del mismo se producirán solamente para un objetivo: encontrar bolsas de hidrocarburo [petróleo) en el subsuelo marino del área a prospectar», añade el informe, que también advierte de que en el caso de que se llegue a la fase de extracción de petróleo, los riesgos de posibles vertidos aumentarían, lo cual afectaría no solo a organismos, ecosistemas marinos y recursos pesqueros, sino también a la actividad turística. Por este motivo, la comisión recuerda que el estudio de impacto ambiental deberá incluir «el conjunto de acciones derivadas de la siguiente fase de los permisos otorgados, que es la fase de perforación de lo sondeos», según explica una nota del Consell.

La consellera de Ibiza asegura que, si el Ministerio ordena que los sondeos se sometan a evaluación de impacto ambiental, se logrará al ahora «retrasar» su ejecución. Además, la Comisión Balear de Medio Ambiente debería pronunciarse sobre dicha evaluación, aunque Costa tiene «dudas» sobre si este nuevo informe sería o no vinculante. «Hay que ver qué pasa pero sería muy serio que saliera adelante con un informe desfavorable del órgano ambiental de Balears», dijo.

El estudio de evaluación ambiental solicitado debe incorporar, según el acuerdo de la Comisión Balear de Medio Ambiente, una serie de medidas correctoras más eficientes de las que figuran en la documentación ambiental presentada y estas «deben garantizar la mínima afección del impacto sonoro del proyecto sobre organismos y comunidades marinas de la zona de incidencia, poniendo especial énfasis en que no afecte a cetáceos, tortugas marinas, aves marinas pelágicas y recursos pesqueros».

El informe de los técnicos recuerda que la campaña operará en niveles sonoros de 249 decibelios, cuando la comunidad científica apunta que a partir de los 180 decibelios se pueden producir «daños fisiológicos irreversibles en cetáceos y tortugas marinas». En este sentido, la comisión pide que se evalúe la posibilidad de que se utilice otra tecnología menos impactante. Asimismo, también se pide que la empresa incluya filmaciones para visualizar qué comunidades marinas pueden verse afectadas.