Santa Eulària despidió ayer la Semana Santa con la procesión del Santo Encuentro, con la que se celebra la resurrección de Jesús. Vecinos y turistas -algunos menos que otros años, según los asistentes- no quisieron perderse el acto religioso y sobre las 10.30 horas ya abarrotaban el cruce de la calle Sant Jaume y del paseo de s´Alamera a la espera de ver llegar al Cristo Resucitado y a la Virgen.

La primera imagen salió puntual de la capilla de la Virgen de Lourdes, cuya campana repicaba entonces con fuerza. Esperaban al Cristo Resucitado los miembros de la banda de cornetas y de tambores, que le acompañaron en su recorrido por la calle principal de la localidad, una comitiva en la que se encontraban el sacerdote Vicente Prats Ribas y el alcalde, Vicent Marí, y decenas de personas que, con sus cámaras y móviles en mano, intentaron captar todos los detalles.

Mientras la imagen de Jesús recorría la calle Sant Jaume, la Virgen, con un gran velo negro cubriéndole el rostro y parte del cuerpo, avanzaba en paralelo por la calle Sant Vicent, acercándose los dos, sin verse, a hombros de los costaleros, a la plaza del Ayuntamiento, que se encuentra todavía en obras -y en la que al concluir la celebración siguieron trabajando los operarios-, donde aguardaba el público, que iba comentando lo que ocurría.

Pocos minutos después, se producía el Santo Encuentro. La Virgen, aún con el rostro cubierto, se acercaba a Jesús y realizaba la primera de las tres reverencias que se vieron y que arrancaron los aplausos de los asistentes. Hubo una segunda reverencia, ovacionada también, antes de que los costaleros bajaran la imagen y le descubrieran por fin el rostro, quitándole así el luto.

Y entonces ambas se acercaron de nuevo y esta vez sí la reverencia fue mutua y al mismo tiempo, lo que de nuevo llevó a la gente, que trataba de no perderse detalle a pesar de tener muchas personas delante, a aplaudir con más fuerza.

La banda de corn etas y tambores acompañó todo el acto y, una vez finalizado, la procesión continuó su camino hacia el Puig de Missa. La encabezaba la imagen del Cristo Resucitado, mientras que la Virgen dio la vuelta a la plaza para encontrarse y seguir a Jesús ya en la calle Sant Vicent. El público se dispersó entonces y fue poca la gente que optó por seguir la procesión.