De ´gran exposición´ puede en verdad ser calificada la muestra que pudo verse en el salón principal de la Sociedad Cultural Ebusus entre los días 4 y 11 de agosto de 1935. Inaugurada solemnemente el domingo 4, lunes, a las 11 de la mañana, formaba parte de los ´actos conmemorativos del VII Centenario de la Reconquista de Ibiza y Formentera´, dentro de un programa oficial muy amplio con el que se trataba de dar brillantez a lo que se vino en llamar «una fecha gloriosa». Diario de Ibiza celebraba esta iniciativa artística el día 3 con estas palabras: «Una nota simpática de verdad es el esfuerzo que van a realizar los artistas ibicencos para sumarse a los actos conmemorativos del Centenario. Las pinceladas de vivos colores sabiamente distribuidas en aquellas telas, formarán un conjunto alegre que resumirá todo el optimismo isleño».

Fue, en primer lugar, una gran exposición por cuanto en ella hubo expuestas hasta 75 obras. Participaron nada menos que 28 pintores. Pero fue grande, también, en segundo lugar, porque los organizadores consiguieron reunir a los principales pintores ibicencos de aquellos años juntamente con algunos otros, de la Península y extranjeros, que residían en la isla o venían para pintar en ella durante temporadas. Sin duda, en la mente de los organizadores estaba la idea de que se reunía así y en el mismo lugar por primera vez a los más destacados artistas ibicencos o vinculados artísticamente con la isla, y en un momento que cabía calificar de histórico no sólo por la efemérides que se celebraba sino también por el intenso y bien visible ambiente artístico insular.

Entre los pintores ibicencos no faltaron a la cita los Puget, padre e hijo, José Tarrés, Ramón Medina, Lola Torri, Antoni Marí (Portmany), Manuel Sorá, Mariano Tur de Montis, José Bonet, José Serra Sierra y José Zornoza Bernabeu. A excepción de Tur de Montis, que presentó tres retratos (´Rosa María´, ´María´ y ´María Lupe´), y de José Tarrés, que presentó un retrato (´Retrat de ma mare´) y una naturaleza muerta, los demás mostraron al público sobre todo paisajes rurales o marítimos de la isla, escenas costumbristas y rincones urbanos.

Así, por ejemplo, Narcís Puget Viñas expuso ´Festa pagesa´; Ramón Medina ´Passadís´; su mujer, Lola Torri, ´Flors d´ametller´; Antoni Marí, ´Marina´; José Serra Sierra, que había debutado como pintor tres años antes, también en Ebusus, en una colectiva de pintores noveles, ´Drassaneta´; José Zornoza Bernabeu, ´Payesa ibicenca´. También participaba el padre de este último, José Zornoza Lloret, alicantino afincado en la isla desde hacía años, con tres cuadros de temática costumbrista.

Predominaban, desde luego, el estilo y los temas del costumbrismo, también en los artistas forasteros residentes en la isla por aquel tiempo, como el catalán Laureano Barrau, que participó en la exposición de Ebusus con dos obras, ´Aguador ibicenco´ y ´Bordadora´.

El pintor valenciano Rigoberto Soler presentó en cambio una sola obra titulada ´Ataredecer en Santa Eulalia´. Amadeo Roca, también valenciano, expuso tres cuadros titulados ´Retrato de F. Mir´, ´El estudiante´ y ´Dibujo para grabado´. Otros pintores españoles vinculados con la isla que también expusieron en Ebusus en esta misma muestra de 1935 fueron Roberto Díaz de Soria, Antonio Vacas y Ramón Fina, aunque este último, pintor muy conocido en aquella época, con obras de temática no ibicenca.

«Elevado ambiente artístico»

Ramón Fina no fue el único que presentó obras de temática no ibicenca, también lo hizo la artista alemana Lene Schneider-Kainer, que expuso acuarelas o dibujos realizados durante uno de sus viajes por la India, con títulos como ´Mujer de Agra´ y ´Escena de Benarés´. Pero casi todos los pintores extranjeros estaban por entonces ocupados en retratar payesas, casas y paisajes ibicencos. Era el caso del americano Martin Baer, amigo y guía en la isla del pintor Esteban Vicente -quien si no se encontraba ya el Ibiza en aquel mes de agosto, faltaba poco para que llegara-. Baer, que fue un buen retratista, expuso en Ebusus tres obras: ´Marieta´, ´Catedral´ y ´Pepeta´. También era el caso de Manfred Henninger, que se había instalado en la isla en 1933 juntamente con la familia Broner, y que expuso ´Paisaje con olivos´, ´En la playa´ y ´Joven campesina´.

Los paisajes ibicencos eran el tema principal de los cuadros que Will Faber pintaba en los años treinta, y en esta muestra presentó cuatro: ´Costa´, ´Rincón´, ´Pinos´ y ´Botafoc´. Otro buen pintor, Bruno Beran, que vivía en Dalt Vila, expuso su ´Retrato de Mariano Tur de Montis´, ´Niña rubia´ y ´Portal Nou´. Hubo también tres pequeñas obras sin título de Sandy de Beistegui (Hélène Derhoir), joven francesa casada con Miguel de Beitegui, también residente en Dalt Vila. Por su parte, el pintor italiano Vicenzo Fioravanti exhibió ´Paisaje´ y ´Arquitectura típica´.

La relevancia de esta exposición no pasó inadvertida. No solamente entre el público de la isla, que hizo que la muestra durase más de lo previsto (finalizaba el día 8, pero se prorrogó hasta el 11), sino también entre quienes se desplazaron por aquellas fechas con motivo de las fiestas del Centenario, como fue el caso del periodista mallorquín J. Bauzá G., quien antes de regresar a Palma escribió una reseña de la muestra de Ebusus en Diario de Ibiza, titulada ´Impresión´ y subtitulada ´Elevado ambiente artístico en Ibiza´. En esta reseña, el periodista alaba la exposición y se admira del «número de artistas que se agrupan en Ibiza captando su ponderada naturaleza». Y hasta tal punto esto era así que, según le cuentan, ha «surgido ya la idea de fundar un Centro artístico que habría de dar gran impulso a la pintura».

Dos exposiciones más

Al mismo tiempo que la exposición de Ebusus, y también dentro del programa oficial del Centenario, se celebró en el museo de la Caja de Pensiones una llamada ´Exposición Étnica´ en la que, al parecer, se mostraban objetos, trajes y miniaturas de todo tipo de navíos de «lo que fue nuestra antigua marina».

Entre las piezas expuestas había también cuadros, entre los que sobresalía uno «muy notable de la vista general de la ciudad, en el año 1835, en el que se destaca en primer término un grupo de payeses con sus trajes típicos, y pueden apreciarse los detalles de la ciudad, parte de la marina y ´feixes´ como estaba en aquel tiempo», informa Diario de Ibiza.

Clausuradas ambas exposiciones en la segunda semana de agosto, se inauguró el jueves, día 15, en el Casino de Ibiza, otra muestra: la de los alumnos de la Escuela Alemana «que se encuentran pasando una temporada de estudio en esta isla. Los cuadros -informa el mismo Diario-, en número de 70, son de un gran mérito y variado asunto, destacándose algunas vistas de calles típicas de la ciudad».