La Casa de Escandel de Tonio, documentada por Joan Ballester en 1738 y actualmente de titularidad municipal, se ha convertido gracias a una profunda reforma en una moderna casa de colonias con capacidad para 36 personas, cocina completamente equipada, duchas, comedor, un amplio porxo para organizar actividades y un huerto preparado para ser labrado por alumnos de centros educativos. Vila ya planea convertir una parte de este terreno en un huerto urbano que podrán cultivar los vecinos que lo reclamen, una iniciativa que está resultando todo un éxito en municipios de la Península. La finca de Can Tomeu, de propiedad municipal y situada en el barrio de Ca n´Escandell (concretamente en la calle des Jondal) se presentó ayer al público con una jornada de actividades infantiles que quedó un tanto deslucida por el intenso frío, que restó participación.

Lo que ya es un éxito, cuando apenas se ha dado a conocer, es la oferta de alojamiento de la casa, que cuenta con cuatro habitaciones equipadas con literas. Vila ya ha registrado seis reservas de grupos, el primero de los cuales llegaba ayer mismo por la tarde. Se trataba de varios atletas de Formentera que iban a participar en un duatlón.

Por un precio de doce euros la noche por persona, las asociaciones sin ánimo de lucro, de tipo cultural, juvenil o deportivo podrán acceder a las instalaciones. Si el grupo es grande como el de ayer (de 28 personas), la tarifa sale todavía más barata, unos 9 0 10 euros la noche. Sus instalaciones se podrán reservar para celebrar actividades como talleres, charlas o conferencias. Toda la información sobre la casa y las tarifas se puede encontrar en la web del Ayuntamiento www.eivissa.es.

El proceso de restauración «ha sido lo más respetuoso posible con la construcción original, que estaba muy deteriorada», según explicaba ayer Elena Calvano, del departamento de Juventud del Consistorio. «El único cambio significativo es que han tenido que elevar los techos ya que los originales eran muy bajos». Las fotos del panel informativo de la entrada de la casa no dejan lugar a dudas sobre el mal estado en el que se encontraba, especialmente los corrales (ahora son almacenes) y la cocina (que no tenía ni techo). Están pendiente de restaurar el viejo horno de leña que permitirá a los escolares conocer cómo se hacía el pan antiguamente e incluso hacerlo ellos mismos.

Ayer, los niños pudieron disfrutar con los juegos tradicionales de la asociación S´Espurna y también con talleres de decoración de galletas y magdalenas, crear pequeños animales con piedras y confeccionar cometas con la asociación Petit Corsari.