No se sabe su nombre. Quizás ni lo tenía. Igual era simplemente «la perra». Murió hace un par de días sin que se supiera cómo se llamaba ni quién era exactamente su dueño. Solo que era una hembra de gran danés y que hacía mucho tiempo que nadie se ocupaba de ella. Una persona vio el estado en el que estaba, abandonada en la parte de atrás de unas obras en Santa Eulària, se la llevó a su propia casa y avisó a los voluntarios de Ibiza4patas, que fueron rápido a buscarla.

Cuando llegaron se la encontraron tumbada sobre un colchón, inerte, apenas una sombra del impresionante animal que en algún momento había sido. Solo piel y huesos. Los ojos hundidos. «No llegaba a los 20 kilos de peso, un animal que debía pesar unos 80. No tenía ya masa muscular, estaba desnutrida. Nadie se ha preocupado por ella», comenta, triste, Andrea Manzano, miembro de la asociación, a la que le cuesta creer que un ser humano pueda llegar a hacerle esto a un animal.

Los responsables de la asociación la llevaron rápido a la veterinaria e iniciaron una campaña para encontrarle un hogar en el que, una vez recuperada, pudiera vivir feliz. Ya no será posible. El animal, al que rescataron el pasado 14 de febrero, falleció hace apenas unos días. Fue imposible recuperarla de su malnutrición. Los voluntarios de la asociación acusan de su muerte a los responsables de la constructora, que aseguran que fueron los que llevaron allí a esta hembra de gran danés con el objetivo de que vigilara las obras de la casa que están levantando.

Ni para pienso

Ahora, el principal problema de Ibiza4patas es conseguir el dinero necesario para pagar a la veterinaria, a la que le deben 105 euros por el tratamiento de este animal. Manzano recuerda que la asociación no cuenta «con ayudas ni subvenciones públicas» y que únicamente disponen de las aportaciones de los «pocos socios» que tienen para asumir los gastos que les supone el rescate, la atención médica y el mantenimiento de los animales que recuperan hasta que encuentran un nuevo hogar. «Ese dinero no llega para pagar el pienso de los animales que recogemos de la calle y el recibo del teléfono de la asociación», lamenta. De hecho, el dinero que se pedía (tres euros) a los participantes en el CaniCross que organizó la asociación el domingo pasado tenían como objetivo ayudar a pagar estos gastos para poder mantener su actividad.

Este sábado, además, parte del dinero que se recaude en el desfile benéfico de peluquería canina que se celebra en el Recinto Ferial se destinará a Ibiza4patas, además de a la protectora de animales DUO y al centro de recuperación animal de sa Coma, donde está la perrera.

En estos momentos están impulsando una campaña de donativos para poder pagar las facturas de los veterinarios que han atendido no únicamente a la gran danés que falleció, sino también a los últimos dos perros que han rescatado: un ca eivissenc y un pointer a los que encontraron con evidentes signos de malos tratos. El bello pointer, a pesar de los intentos por salvar su vida, también acabó muriendo. Todos los esfuerzos se centran ahora en conseguir que el podenco no corra la misma suerte. Por eso piden a todos los amantes de los animales que hagan una aportación, por pequeña que sea, a la cuenta corriente que la asociación tiene en La Caixa: 2100-0950-55-0100874002.

La asociación destaca que dos perros muertos en la isla por abandono o por malos tratos son demasiados e insiste en la necesidad de concienciar a los dueños de estos animales de cuidarlos y atenderlos como es debido y, en caso de no poder atenderlos, ponerlos en manos de asociaciones o instituciones que les busquen un hogar en el que los quieran y los cuiden.

A principios de mes, además, también recogieron a dos perros abandonados que encontraron en Sant Carles. Lo primero que hicieron fue mirar si tenían chip, pero no, de manera que aún no han conseguido encontrar a sus dueños. Uno de ellos parece un pastor alemán mientras que el otro es un mestizo de cocker. La asociación ha iniciado una campaña a través de las redes sociales para encontrar a sus propietarios, pero no tienen muchas esperanzas después de tres semanas sin que nadie los haya reclamado.