Todo hacía indicar que el frío iba a restar asistencia a la fiesta del Dijous Llarder de Vila, que organiza Asociación de Vecinos de sa Capelleta, pero, poco a poco, primero decenas y finalmente cientos de personas se acercaron a Vara de Rey a disfrutar de su ración de tortilla y vino y bailar un rato con los más pequeños y la orquesta Tanit.

«Este año ha ido todo estupendamente, hasta hemos terminado de hacerlas antes de la hora prevista, porque otros años hemos ido un poco más apurados», comentaba Margarita Tur Bonet, expresidenta de la asociación y miembro de la directiva, antes de ponerse el antifaz de fantasía y comenzar a repartir raciones. «Ya las tenemos todas hechas», decía mostrando las mesas llenas de platos y platos del tradicional manjar carnavalero.

En total cocinaron 248 tortillas que dieron para 2.000 raciones. 100 kilos de patatas, cebollas, dos cajas de pimientos y «un montón» de huevina (en lugar de huevos, por motivos sanitarios) fueron los ingredientes que emplearon los cocineros Cristóbal Gómez, Miguel Llabrés, Santi Rodríguez, Francisco Lavilla y su familia para preparar los platos. «Hay que destacar su trabajo porque es mucho tiempo el que han empleado y de forma completamente desinteresada», remarcaba Tur Bonet.

«Toda sa Capelleta se ha volcado en esta fiesta», confesaba Lina Marí, también miembro de la asociación, que ya ha anunciado que este año no participará en la Rúa de Carnaval del domingo. La ausencia se notará y mucho ya que era una de las comparsas más multitudinarias del carnaval de Vila.

Gratuita de nuevo

Más de 15 personas de la asociación se emplearon a fondo en repartir los pedazos que iban acompañados de pan y vino. «Parece que este año no hay tanta aglomeración y puede que sea porque hay gente que cree que es como el año pasado, cuando se cobró un euro la ración pero, no. Este año es de nuevo gratuita», aclaraban desde la asociación de vecinos. Los había que repetían. «Está buena, aunque un poco fría, pero no se le pueden mirar los dientes al caballo regalado», admitía Lorenzo Marcos dándole un buen bocado a la tortilla de pimientos que tenía entre manos.

Justo al lado de las mesas con las viandas, en la carpa municipal, la orquesta Tanit animaba el ambiente con canciones de todas las épocas. Los más pequeños movían las caderas al ritmo de ´Ay, mamá Inés. Todos los negros tomamos café´, un tema que era hit cuando sus abuelos eran jóvenes. Así, la fiesta la disfrutaron sobre todo familias con niños pequeños, que acudieron a la carpa a refugiarse del intenso frío. Caperucitas, payasos, tigres, leones, pollitos, mariquitas y princesas campaban a sus anchas por Vara de Rey. El viento que azotó la ciudad todo el día se calmó por la tarde, el ambiente se caldeó y finalmente hubo fiesta para todos.