­El barrio de Can Bonet, en el municipio de Sant Antoni, celebró el domingo sus fiestas patronales -en honor de la Sagrada Familia-, en las que volvió a demostrarse el dinamismo de este núcleo urbano, que pese a su modesta población desarrolla un gran número de actividades para festejar su día más importante del calendario.

La pequeña pero acogedora capilla fue el escenario de la eucaristía presidida por el obispo de la diócesis, y a la que acudió un nutrido número de vecinos, así como el presidente del Consell, Vicent Serra; la alcaldesa de Sant Antoni, Pepita Gutiérrez; el senador José Sala, concejales y otras autoridades insulares que disfrutaron de una jornada favorecida por una temperatura primaveral y un cielo soleado.

Acabada la misa, se desarrolló una procesión cívica religiosa que recorrió las calles más inmediatas de este barrio.

De regreso a la iglesia, la colla de Can Bonet, formada por jóvenes balladors y sonadors de la zona, efectuaron una exhibición de ball pagès, que incluyó un repertorio de las danzas tradicionales más representativas de la isla de Ibiza, y que fueron acogidas con ovaciones por parte del público presente, compuesto por más de doscientas personas, casi todas ellas residentes en este barrio.

Desfile de carros

No terminó aquí la jornada matinal, porque, a semejanza de otras localidades de la isla, Can Bonet ha implantado un desfile de carros típicos. Una decena de carruajes, casi todos ellos carros de barana adecuadamente conservados por sus propietarios, contribuyeron a ensalzar la fiesta patronal de Can Bonet cuando fueron ocupados por los integrantes de la colla y otros vecinos y efectuaron un breve paseo por las inmediaciones. Los más pequeños fueron los que más disfrutaron de la contemplación de este medio de transporte ya en desuso y de la presencia de los caballos y mulas que tiraban de ellos.

Ya al filo del mediodía, miembros del comité organizador de las fiestas repartieron bandejas de buñuelos y porrones con vino payés entre los asistentes, que pudieron acreditar la esmerada elaboración de estos productos típicos.

Las fiestas de Can Bonet se habían iniciado a primera hora de la mañana con un pasacalles y con una chocolatada popular en la carpa instalada junto a la iglesia. Por la tarde, los actos continuaron con partidos de fútbol y con espectáculos musicales que se prolongaron hasta la medianoche, enmedio de una gran animación popular.