­Las calles de Sant Antoni se impregnaron ayer de un particular aire bélico en un nuevo (y ya van ocho) enfrentamiento entre las tropas romanas y cartaginesas, organizado por la Associació de cartaginesos i romans con motivo de las fiestas de Sant Bartomeu. Las tropas desfilaron por el pueblo antes de encontrarse en s´Arenal para la tradicional tomatina, y sus cánticos resonaron sin cesar durante todo el recorrido. «¡Batallón sagrado! ¡Rodilla a tierra!», rugió un forzudo cartaginés. Los soldados acompañaron la orden con un fuerte rugido al unísono: «¡Ueeeeeee!».

Tras una hora de desfile, todos los esfuerzos para firmar la paz en s´Arenal fueron en vano. Las tropas tenían claro que luchar era la única solución posible. Entonces, los 5.000 kilos de tomates preparados para la ocasión sobrevolaron el campo de batalla para conseguir limar asperezas -si es que alguna vez las hubo- durante 25 minutos. Jordi es el segundo año que acude a la cita. El joven ibicenco de 17 años afirma entre risas que la tomatina tiene para él un efecto terapéutico: «Esto ayuda a desestresarte. Sales de aquí como nuevo».

Y es que las tropas del siglo XXI no son igual que las de antaño. El buen humor y las ganas de juerga fueron la principal característica en ambos equipos, que utilizaron todo su ingenio para confeccionar sus disfraces: sandías a modo de casco, cepillos de escoba, cajas de fruta o tapas de papelera fueron algunos de los artilugios utilizados para adornar sus ropas y poder acceder a la batalla. Las normas eran claras: ser mayor de 12 años e ir disfrazado.

Llegar, ver y luchar

Algunos turistas cuando vieron el tinglado no dudaron en unirse al mogollón. Mark y Julia, utilizaron de escudo unos cajones de fruta que les regalaron en una tienda cercana. «Hemos pasado por aquí y nos ha gustado el ambiente. Esto es muy divertido», aseguraron los jóvenes de Wolverhampton.

Varios centenares de personas abarrotaron el paseo cercano a la playa para poder ver la batalla sin acabar pringado de tomate. Los miembros de Protecció Civil y las advertencias con el micrófono de Albert, de Showsibiza, sirvieron para que los espectadores y los participantes acataran las normas y no hubiera que lamentar ningún herido de importancia.

«Este año hemos informado también en inglés para que los extranjeros puedan participar y entiendan un poco más de qué trata la fiesta», aseguró Albert. La batalla sirve para rememorar las luchas entre los romanos de Sant Agustí y los cartagineses de Sant Antoni.

Como a tomatazos no consiguieron solucionar las cosas, el campamento sirvió para que, después de una improvisada ducha en el mar, las tropas siguieran intentando acercar posturas arremolinadas cerca de la barra. Para amenizar la noche, la organización tenía programadas las actuaciones del grupo de música folk The Moonshine Band y la de los ibicencos Arma Sonora, que fueron teloneros del grupo barcelonés Los Rebeldes. La formación que lidera Carlos Segarra fue la elegida como punto final a una jornada repleta de diversión.