Las toallitas húmedas de un solo uso que los ciudadanos pitiusos arrojan al inodoro se han convertido en un grave problema para el saneamiento, según advirtió ayer Aqualia en una nota de prensa. La compañía asegura que estos desechos son la causa principal de los problemas en las estaciones de bombeo de aguas residuales. La empresa concesionaria del servicio de saneamiento explica que la acumulación de fibras y tejidos en las tuberías de saneamiento provocan averías debido a atascos, bloqueos o roturas internas por calentamientos en los equipos de bombeo que deben impulsar el agua residual a la planta depuradora.

Las toallitas no se descomponen en contacto con el agua, como ocurre con la celulosa del papel higiénico, por lo que además contaminan el medio ambiente, según recuerda Aqualia, que hace un llamamiento a los ciudadanos para que no tiren al váter estos residuos ni compresas, gasas, preservativos o bastoncillos de oído. Con este cambio de hábitos en los hogares, la empresa asegura que se evitarán numerosas averías y atascos en las instalaciones de alcantarillado. Estos residuos provocan obstrucciones en las conducciones de alcantarillado que si llegan a las estaciones de impulsión llegan a bloquear las bombas, que no pueden aspirar. Estas averías «multiplican las retenciones de las redes y malos olores», añade la compañía, que señala que los sistemas antiatasco que incorporan los fabricantes de bombas de aguas residuales no son suficientes en la mayoría de los casos.

Aqualia subraya además que tirar estas toallitas u otros residuos a la papelera representa un considerable ahorro de agua y redunda en un buen funcionamiento de las infraestructuras hidráulicas, tanto las del municipio como las particulares de los vecinos.