­Vecinos y visitantes de Puig d´en Valls vivieron ayer el día grande de las fiestas patronales del pueblo en las que, como novedad este año, a las celebraciones tradicionales se sumaron el baile, la música y las risas de La charanga des Riu, agrupación formada por «siete amigos de Santa Eulària» que animaron el festejo a ritmo, entre otras melodías, del ´Tractor amarillo´ que hace años popularizó Zapato Veloz.

El día amaneció algo nublado y aunque no todo el mundo confiaba en que el agua no descargara, lo cierto es que hubo momentos de calor intenso, como comentaban algunos de los vecinos: «Cuando sale el sol, sale con mala leche».

A las once de la mañana dio comienzo la misa en la parroquia de Nuestra Señora Madre de la Iglesia, que se quedó pequeña para acoger a la cantidad de fieles que querían seguir la homilía, que fue oficiada, además, por el obispo de la diócesis de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura.

Durante el sermón, el obispo explicó que ayer se celebraba la fiesta de la ascensión, que antes se celebraba en jueves, como, recordó, decía el dicho popular: «Tres jueves al año relucen más que el Sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión». Señaló que este día se celebra que Jesús subió al cielo €«no al de las estrellas que vemos, como los astronautas», precisó€, «cambió su naturaleza humana», y señaló que eso es lo que espera a los creyentes, a quienes animó a trabajar por hacer de este un mundo mejor.

Tras la eucaristía dio comienzo la procesión, abierta por la Banda de Tambores y Cornetas de Santa Eulària, y en la que participaron las autoridades políticas y religiosas, así como los miembros del coro y de la Colla de Puig d´en Valls, además de todos aquellos que quisieron sumarse.

El recorrido acabó de nuevo en la plaza de la iglesia, donde la colla de ball pagès realizó una exhibición que fue seguida y rodeada por más de un centenar de personas. Al finalizar, se repartieron entre los asistentes orelletes, que rápidamente se agotaban en las bandejas, y vi pagés.

Y cuando parecía que la atención se debía trasladar a la calle, a la espera del desfile de carros, La charanga des Riu tomó la plaza de la iglesia e hizo sonar sus pegadizas melodías. Uno de los miembros de la agrupación animó al público a salir a la improvisada pista y fueron varias las parejas que se quitaron de encima la vergüenza y se echaron unos bailes. Hasta bises se pidieron, y la charanga no decepcionó.

La anécdota, unas llaves de coche encontradas que buscaban a su propietario. Uno de los componentes del grupo musical anunció a viva voz el hallazgo, aunque el dueño no apareció, al menos en ese momento.

Pasadas las 13 horas fue el turno del desfile de carros, que abrieron, subidos en el primero, el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Serra, y el alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí. Una quincena de carros tirados por caballos y unos pocos más por ponis y un burro se pasearon por las calles del pueblo seguidos de una decena de caballos montados, en algunos casos, por chavales jóvenes. Y después de varias vueltas, se dieron por acabados los actos de la mañana.

Ya para la tarde-noche había previsto, según el programa, baile y exhibición de gimnasia rítmica, actuaciones musicales y una exhibición de caballos menorquines, que cerrarían la intensa jornada festiva.