´Compañeros, España necesita un cambio, el tijeretazo´, decía el cartel que lució el doble del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el desfile de carnaval celebrado ayer en Sant Joan. Su propuesta no triunfó mucho entre el jurado, que no le brindó premio alguno, pero llamó bastante la atención del público, que le señalaba a él y a la combinación de ´payesa-monstruo´ que llevaba del brazo y que ofrecía productos ecológicos.

No fue este el único participante del desfile que se atrevió a hacer un guiño a la actualidad. Allí estaba también un capitán de embarcación que primero jugó al despiste al hacerse acompañar por una tripulante rubia ¿de origen moldavo?, pero que aclaraba en su chaqueta que el barco que él pilotaba era el ´Maverick Dos´ de Formentera.

«Arriba el diluvi!», exclamaba el animador de la carroza de la Apima de Balansat, que obtuvo el segundo premio en su categoría. «A qui salvam?», preguntaba. Y poco a poco descubría quiénes podían entrar en el arca: Bob Esponja, las princesas, los corazones, los cangrejos o los ´fantásticos´, estos ante la «falta de héroes». A expensas de la lluvia dejaba a los príncipes –y recomendaba esconder la cartera–, los piratas, pues ya «hay bastantes», y los VIP, que «nunca pagan».

El primer premio de carrozas fue para la Apima de Labritja, con su Unidad de Pitufos de Emergencia preparada para sofocar cualquier fuego, y un atento Gargamel, con zancos incluidos, que trataba cazar con su red a algún ser azul despistado. El tercer galardón se lo llevaron al cole los Grease de Balàfia, que se convirtieron en la carroza de más ritmo, con sus Sandy´s con falda de vuelo y chaqueta de punto y sus Danny´s con chupa de cuero, patillas y peine.

También pasearon por la calle principal de Sant Joan un grupo de superhéroes algo pasados de peso, que exhibieron algunas habilidades, una pareja de cajas de regalo que mostró sus sorpresas al jurado, una chamán lanzando conjuros –y ganadora del premio en la categoría individual de adultos–, una vaquita cariñosa, unos piratas –mejor pareja infantil– y un chaval con pelucón y radiocasete que exhibió sus dotes de baile –mejor infantil–.