Hora y cuarto después del inicio de la misa, la procesión del día grande de Sant Josep salió de la iglesia acompañada por el solemne tañido de las campanas. Los integrantes del grupo folclórico del municipio, los obreros de la parroquia y varios vecinos portaron las imágenes del templo, que cerraba Sant Josep sobre una peana adornada flores. Un niño con un globo se apostó a la entrada de la iglesia de manera que, desde la plaza, parecía que habían hecho santo súbito a Bob Esponja. Pero solo era una ilusión óptica propiciada por el brillante sol que acompañó la mañana.

El Grupo Folclórico de Vila Verde, Portugal, también participó en la comitiva y llamó la atención de los vecinos con unos trajes regionales de terciopelo negro y apliques de azabache que les hicieron sufrir el calor del mediodía.

La casi exagerada presencia de políticos estuvo encabezada por el presidente del Govern, Francesc Antich, acompañado por el alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas, y el presidente del Consell, Xico Tarrés. Pero también estaba el conseller de Sanidad, Vicenç Thomas, que venía con el traje de las inauguraciones y un número infinito de cargos. La mayoría de ellos, católicos o ateos, soportaron estoicamente la misa mientras que otros como la consellera Patricia Abascal o el director de Promoción y candidato de Santa Eulària, Vicent Torres, esperaban tranquilamente tomando un piscolabis en Can Bernat Vinya. Más nombres a añadir a la comitiva política: las candidatas Neus Marí y Pepita Gutiérrez en un discreto segundo plano, Vicent Serra aferrado al móvil en la procesión y Miquel Jerez saludando a babor y estribor.

Con la iglesia de bote en bote, el obispo de Eivissa, Vicente Juan Segura, recordó en la homilía la figura de Sant Josep «un hombre silencioso y sencillo», un «maestro del silencio» que además fue «el primer misionero del Nuevo Testamento al no avergonzarse en darle a su hijo el nombre de Jesús, que significa salvador». El prelado cambió el catalán por el castellano para hablar del Día del Seminario, que también se celebraba ayer, quizás para hacer más universal el llamamiento a nuevas vocaciones. «En este curso hay ocho jóvenes de nuestras islas, seis de ellos seminaristas mayores y dos menores que se preparan para ser sacerdotes si esa es la voluntad de Dios sobre ellos. Dos están en parroquias de Eivissa haciendo prácticas pastorales mientras que otros tres estudian en el seminario en Valencia, uno lo hace en Roma y otros dos muy jóvenes también se preparan fuera de las islas», explicó.

Mientras, en la plaza de la iglesia, Rosa María Sánchez, presidenta de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer, preparaba los tickets para la rifa de productos donados por establecimientos de Sant Josep. «Toda la recaudación irá a sufragar el taller de la vida diaria al que asisten unas 16 personas», explicaba. «He tenido que ir a casa a buscar más papeletas, estamos muy contentos», añadió. También avanzó que están preparando un amplio programa de eventos para este año.