El joven investigador cree que debería mejorarse la política de precios que aplican los taxistas de la isla. Aunque cree que en verano una subida podría resultar ventajosa, no ocurriría así en invierno, cuando la clientela del taxi la componen personas mayores con escasos recursos, que se ven obligadas a usar ese servicio porque no existe un transporte público eficaz. Cree que una política correcta sería la de subvencionar este transporte.

Simón Planells encuentra la explicación de la escasa demanda del servicio del taxi en invierno en la fuerte estacionalidad del turismo, que hace que éste llegue a la isla únicamente en verano. Un estudio general de toda España expone que la clientela potencial del taxi está compuesta principalmente por turistas y por personas generalmente con un alto poder adquisitivo que acuden a congresos y convenciones. Esta clientela no existe en Ibiza durante los inviernos, lo que provoca el exceso de oferta y la carencia casi absoluta de la demanda, con lo que la realización del servicio al margen de los meses de alta temporada resulta un negocio ruinoso.

Pide que se instaure un sistema de concesión de licencias que esté adecuado a cada municipio y, en ningún caso, usar para ello la variable turismo, mientras éste esté totalmente estacionalizado.

Con respecto al problema de los taxistas pirata, Planells solamente admite su eliminación total. No se puede tolerar que estos profesionales lleguen incluso a sitios donde no llegan los legales, porque alguien que cobra comisión se lo facilita, afirma. Mientras los piratas trabajen impunemente, los legales tendrán más dificultades para subsistir y garantizar un servicio de calidad, tal y como merece un destino turístico como Ibiza, asegura Planells.

Las soluciones al complicado servicio del taxi pasan por la adopción de medidas por parte de los políticos. Sólo así podrá asegurarse la supervivencia del sector durante todo el año y, al mismo tiempo, garantizar el servicio, asegurando así una buena imagen turística.