La banderola de la Sagrada Familia y su correspondiente imagen, así como las de tres vírgenes y la de San Antonio (con un cerdo a su diestra), realizaron ayer un recorrido extra durante la procesión que tuvo lugar al término de la misa. Salvaron así el barrizal que había a la entrada de la iglesia, aunque los parroquianos (cabeza gacha para vigilar los charcos) no pudieron evitar mojar sus zapatos y perneras ya que todos los accesos al recinto sagrado estaban encharcados. Hasta el conseller ibicenco de Política Cultural, Marià Torres, que llegó tarde al oficio religioso, hubo de recogerse los faldones del abrigo y los pantalones para mancharse lo menos posible.

La lluvia fue la causa de que, además, todos los miembros de Sa Colla de Can Bonet actuaran en la plaza de la iglesia vestidos de calle, para evitar así que sus valiosos trajes y espardenyes se deteriorasen. Tres horas antes la organización suspendía un pasacalles a cargo de la agrupación musical Nuestra Señora de los Dolores debido a la incesante lluvia. También anuló otra de las citas: la exposición de motos antiguas –cuyo punto de encuentro era la iglesia– debido a la indisposición de su presidente, Francisco Torres.

Sa Colla de Can Bonet sí pudo, sin embargo, inaugurar en su sede –a escasos metros de la iglesia– una muestra con 70 fotografías de su reciente historia y con instrumentos folclóricos construidos por ellos mismos, así como trajes tradicionales. Entre las fotos expuestas destacaba una que fue captada en el año 1981 en la que los miembros del grupo folclórico se retrataron junto al cardenal Vicente Enrique y Tarancón y al obispo de Ibiza José Gea Escolano.

También colgaron de las paredes de la sede de la asociación imágenes de una sonada de flauta del año 1982, de un intercambio realizado con la población alemana de Aurich en los años 1990 y 1992, del festival mundial de danzas en el que participaron en 1987 en Palma (la foto, de EFE, incluye a su izquierda el membrete de la agencia y una breve explicación de aquel teletipo), de la bendición de la primera piedra de la iglesia de la barriada (de mayo del año 1986) y la de otro intercambio cultural, esta vez con el grupo de danzas Arcude de la Vall d´Uxò (Castellón), así como de diversos viajes a diversos rincones de España y de actuaciones en toda la isla.

Juan Costa, presidente de la Asociación de Vecinos de Can Bonet, calculaba que durante toda la jornada repartirían entre 35 y 40 kilos de bunyols. De la mayor parte –regada con vino de la tierra en porrones de cristal– dieron cuenta quienes asistieron a la misa al término de esta y mientras Sa Colla de Can Bonet ejecutaba de calle sus danzas.

570 socios

La asociación de esa barriada de Sant Antoni es una de las más participativas y que más socios posee: en torno a 570, según detalló su presidente: «Aquí la gente es muy colaboradora. Mientras a las asambleas que celebran otras asociaciones apenas acude una veintena de personas, en las nuestras nunca somos menos de 150», comentaba ayer orgulloso Juan Costa, que calculó en unos 12.000 euros el coste de las fiestas de Can Bonet que ayer concluyeron.

Esta activa asociación prepara desde hoy mismo otra de las citas obligadas en su calendario desde hace 14 años: un viaje a la Península que esta vez los llevará, durante nueve jornadas desde el 20 de enero, al País Vasco y a la Rioja. En otras ocasiones han viajado a Portugal (dos veces), Canarias (otras dos) y diversos rincones de España.