La organización ecologista Greenpeace ha denunciado que Baleares es la región donde más territorio se ha ocupado en la última década, el 41,4 por ciento. La entidad ha presentado hoy la décima edición de su informe 'Destrucción a Toda Costa' que analiza la situación del litoral español, estudia su evolución durante la última década y propone una hoja de ruta para proteger la costa que queda en buen estado.

Según el estudio, en el momento cumbre de la llamada 'burbuja inmobiliaria', en 2007, en Baleares se proyectaron 171.900 viviendas, que se tradujeron en que dos años después "cada día se cementaban o asfaltaban 1,4 hectáreas".

Greenpeace afirma que Mallorca es el ejemplo de la urbanización salvaje en el litoral: de 2004 a 2006, se habían destruido en esta isla 1.000 hectáreas.

La fiebre de los puertos deportivos

La entidad ha criticado que durante esta década los proyectos de ampliación de los puertos de Palma, Ibiza o Mahón han sido constantes, lo cual ha supuesto el aumento de la superficie ganada al mar, además de un importante impacto ambiental y paisajístico.

Según Greenpeace, también la fiebre de los puertos deportivos ha sido imparable de manera que, con 1.428 kilómetros de costa, las islas acumulan el 12 por ciento de la oferta total de amarres para barcos del Mediterráneo.

En contaminación de las aguas, según Greenpeace, las Pitiusas presentan problemas crónicos por el crecimiento desmesurado y son numerosos los vertidos de aguas residuales de núcleos urbanos no conectados a las redes de saneamientos. Formentera continúa vertiendo nutrientes y bacterias fecales al mar.

Asignaturas pendientes

Para Greenpeace hay "dos grandes asignaturas pendientes" en la gestión del litoral en Baleares como que la organización considera innecesaria la ampliación del puerto de Ibiza por representar "una grave amenaza para los ecosistemas marinos"; y el hecho de que el Ayuntamiento de Calvià "continúa con sus pretensiones de hundir una fragata militar de 133 metros de eslora junto a las islas Malgrats".

Greenpeace pide al consistorio que deje de recurrir ante la Audiencia Nacional la negativa del Ministerio de Medio Ambiente a dicho hundimiento.

El estudio asegura que se ha producido un "urbanismo salvaje" de forma que la construcción de infraestructuras y la contaminación han destruido en veinte años la superficie equivalente a ocho campos de fútbol al día, denuncia además "el acoso a los escasos espacios vírgenes que quedan" y exige su protección.

Según la organización conservacionista, en toda España (salvo Canarias) desde 1987 a 2005 se destruyeron 50.504 hectáreas de suelo natural de los dos primeros kilómetros de franja costera, lo que implica que ha habido "7,7 hectáreas de costa degradadas cada día para crear urbanizaciones, suelo industrial y comercial".

Connivencia pública

Greenpeace ha denunciado la connivencia de las distintas administraciones públicas con el sector inmobiliario para "depredar el territorio costero" en la última década.

El director de Greenpeace, Juan López de Uralde, ha asegurado que la agresión a la costa es una tendencia que continúa "y los políticos se afanan en acabar con la única normativa que defiende el litoral".

"Lo que hay que demoler son las grandes ilegalidades y no la Ley de Costas y vamos a seguir luchando para que esto no pase", ha declarado López de Uralde.

Ha rechazado las recientes críticas a dicha norma y ha afirmado que "es lamentable que por intereses partidistas se promuevan rebajas a la Ley de Costas que pretenden legalizar los desmanes que se han permitido durante todos estos años".