«Las vidas de los artistas están trufadas de trayectorias que en muchos casos son plurales y que en otros son más selectivas. Lo que hace esta exposición es nutrirse de aquellos años en los que los artistas absorben y empiezan a dibujar sus posibles trayectorias». Así definió la directora del Museo de Arte Contemporáneo, Elena Ruiz, la muestra que se exhibe desde ayer en el Museu Puget, en Dalt Vila, y que pretende acercar al público a los inicios artísticos de Narcís Puget Viñas y su hijo, Narcís Puget Riquer, con unas obras inéditas que pertenecen al fondo personal de su familia y que han sido cedidas para la ocasión.

Bajo el título ´Albor. Obres de formació i inicis dels pintors Puget´, la muestra incluye un total de 37 obras, entre ellas acuarelas sobre distintos materiales como tela, madera y cartón, óleos, una escultura de una payesa realizada en cerámica vidriada, moldes en escayola de un gallo y de la cabeza de Puget Viñas y dibujos preparatorios, indicaron fuentes municipales. Con motivo de la exposición, las piezas, que no forman parte del legado que Puget Riquer dejó a Vila, han sido catalogadas por primera vez y restauradas por el museo. Todas ellas se han dispuesto en diferentes espacios en los que se intercalan las de un autor y las de otro para «jugar» con la percepción del visitante y que éste intente descubrir la autoría de cada una, explicó Ruiz.

Observando las piezas se aprecia cómo Puget Viñas se inició ya desde el principio en la pintura al óleo que utilizó en obras «costumbristas», de paisajes, costumbres locales y retratos, un estilo que mantuvo después en toda su trayectoria. Entre sus creaciones, en la muestra pueden verse las copias que hizo de partes de obras de Velázquez a modo de ejercicios pictóricos que le sirvieron «para absorber conocimientos del arte de la pintura», detalló Ruiz.

La trayectoria de su hijo, sin embargo, pasó por distintos estilos hasta llegar a ser un «gran acuarelista». En sus comienzos estuvo influenciado por la pintura de su padre, con quien aprendió en sus años de adolescencia, e hizo dibujos al óleo que firmaba como ´N. Puget (hijo)´ para diferenciarse de su progenitor.

Antes de dirigir su carrera hacia la acuarela, hizo algunas incursiones en la cerámica y dio forma a figuras de escayola y porcelana durante el periodo en el que estudió en la Escuela de Cerámica de Madrid. «Son pequeñas muestras de lo que él hizo cuando estaba en la capital. Debido a la guerra, trajo sólo lo que pudo y muchas piezas se perdieron o se quedaron allí», recordó una de sus hijas, la también artista Guillermina Puget, que explicó que una vez en Ibiza no continuó con este trabajo, como sí hizo, por ejemplo, su amigo y compañero de estudios Gabrielet.

«Con esta cesión podemos mostrar obras inéditas de los pintores Puget que sirven para investigar tanto sus orígenes como su evolución», indicó la edil de Cultura, Sandra Mayans. «Es una exposición importante para terminar el dibujo que hemos empezado a hacer en este museo sobre los dos grandes artistas que son los pintores Puget», apostilló Ruiz.

No obstante, este dibujo aún no está terminado del todo. Según Guillermina, su padre también trabajó la fotografía tras perder la visión de un ojo por una enfermedad. «No podía pintar y en la fotografía encontró un recurso que le llenaba mucho. Entonces, hizo diapositivas en color de la Ibiza de los años 60 y de tipo familiar, en las que las modelos éramos mi hermana y yo», contó. Las imágenes aún son inéditas, pero se estudia una futura exposición.