En su discurso de agradecimiento, Margarita Noguera confesó sentirse muy orgullosa de todas las niñas (sus niñas) que han pasado por las aulas en las que ha impartido clases durante cuarenta años. «Tenía una idea metida en la cabeza. Había que salir de aquella situación. Les decía que estudiaran, que aprendiran un oficio, que trabajaran. Todo para que fueran libres», comentó Margarita Noguera, que señaló que lo que quería era que aquellas niñas, cuando fueran adultas «no tuvieran que pedirle a nadie dinero para pagar una cena». Por estas ideas, reconoció que ahora no le parece extraño que en el Sant Agustí de los años 60, «donde no había mucha gente que supiera leer y escribir», la vieran como una persona «rara, estrambótica, sonada y un poco revolucionaria». Con el paso del tiempo, aseguró estar muy orgullosa de sus ex alumnas: «son mujeres trabajadoras, decididas y responsables. Antes yo les enseñaba y ahora aprendo de ellas».

Margarita Noguera recordó en su discurso a las escritoras Maria Zambrano y a su adorada Josefina Aldecoa —«Gabriela López Pardo», puntualizó— y animó a las mujeres a seguir adelante con la lucha por la igualdad. «Lo hemos tenido difícil y lo seguimos teniendo difícil», insistió antes de recordar que sigue habiendo discriminación a la hora de optar a un empleo y que ellas cobran hasta un 25 por ciento menos que un hombre por el mismo trabajo. La maestra también se refirió a los malos tratos: «Se me pone la carne de gallina al pensar que el año pasado murieron 55 mujeres a manos de sus parejas».

Un homenaje difícil

A pesar de la emoción con la que ayer recogió el premio, Margarita Noguera confesó que en un primer momento, cuando Beatriz Torreblanca le explicó que querían hacerle un homenaje, dijo que no. La presidenta de la asociación le pidió que lo consultara con la almohada. A la mañana siguiente seguía pensando que no, pero al final la convenció, explicaron a dúo al cerca de medio centenar de asistentes al acto, entre los que estaban la consellera insular de Política Sociosanitaria, Patricia Abascal; la diputada balear de Eivissa pel Canvi Marián Suárez; la concejala de Políticas de Igualdad del Ayuntamiento de Ibiza, Mariví Mengual; el alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas, Agustinet, y las concejalas de Servicios Sociales, Pilar Ferrero, y de Educación, Maria Ribes.

Precisamente Ribes acompañó a Margarita Noguera sobre el escenario en calidad de ex alumna. «No me hagas ninguna trastada», comentó, bromista, la homenajeada. «He estado pensando y conozco Sant Agustí sin la maestra. No sé cómo sería el pueblo si ella no hubiera estado ahí. Somos como somos por ella», afirmó Ribes, que no resistió la tentación de contar una anécdota de su primer día teniendo a Margarita como maestra: «Yo siempre estaba por allí, en la escuela, pero al cumplir los seis años me dijo que tenía que empezar a ir a clase en serio y que tenía que estar callada y ser buena. Fui el primer día con la mejor intención, pero pasadas las nueve y media yo no podía más, así que me acerqué y le dije que ya no aguantaba más rato callada. Ella me miró por encima de las gafas y le dijo a una compañera que ya había acabado su tarea que saliera a hablar conmigo un rato pero que volviéramos en seguida».

La maestra de los libros

Maria Ribes también destacó que, entre otras cosas, ´la maestra´ llevó al pueblo «los libros», ya que tenía una amplia biblioteca, fruto de su afición a la lectura. Algunas de sus ex alumnas, entre el público, asintieron con la cabeza al escuchar la afirmación de la concejala.

Beatriz Torreblanca destacó que a pesar de que hace casi dos décadas que Margarita Noguera se ha jubilado, continúa ejerciendo como maestra. «Enseña a leer y a escribir a algunas mujeres y sigue queriendo aprender. Se apunta a cursos en Can Blau y participa en la Universitat Oberta per a Majors», recordó. «Y aunque las mujeres a las que enseña no son precisamente jovencitas, las sigue llamando sus niñas», apuntó Maria Ribes, que se fundió en un emocionado abrazo con su antigua maestra antes de concluir el acto, mientras en la pantalla se proyectaban fotografías de la vida de Margarita Noguera.