No es una casa lujosa ni grande pero es sin duda una de las más bellas y mejor emplazadas de la isla. La restauración de la Casa Broner llega a su fin tras seis meses de trabajos y muy pronto, posiblemente en enero, se abrirá al público y podrá ser visitada.

La vivienda-estudio del pintor y también arquitecto Erwin Broner ha recobrado su aspecto original, eliminando también las pequeñas reformas que la viuda del artista, Gisela Broner, introdujo en la casa. La arquitecta Isabel Feliu es la autora del proyecto de restauración que ha dirigido Raimon Ollé. Los trabajos han incluido la rehabilitación de la estructura y de las fachadas, así como la reconstrucción del mobiliario diseñado por Broner, la reparación de diferentes elementos de la casa y la restitución del estado original de la cubierta. «La casa tiene cincuenta años y, además, la proximidad al mar la había degradado bastante», explicó Ollé.

Los Broner donaron la casa al Ayuntamiento de Eivissa, que se ha encargado de llevar a cabo la reforma con la ayuda del Govern. La alcaldesa de Vila, Lurdes Costa, acompañada por el teniente de alcalde de Urbanismo, Vicent Torres, y el concejal de Vivienda, Marc Costa, visitaron ayer las obras para comprobar in situ el avance de los trabajos. «La casa original (que es Bien de Interés Catalogado) se proyectó y construyó entre los años 1959 y 1960», explicó la alcaldesa que, aseguró que «los arquitectos que han trabajado en el proyecto aseguran que es un claro ejemplo del diálogo entre la arquitectura tradicional ibicenca, que fascinaba a Broner y el estilo racionalista de la Bauhaus».

La casa cuenta con unos cien metros habitables repartidos en dos plantas más otros 200 metros entre la terraza y el jardín. La parte superior en la vivienda cuenta con un amplio salón-comedor-cocina y un dormitorio mientras que la planta baja acogía el estudio. Aunque hay un acceso a la zona de trabajo desde el interior de la vivienda, ésta también cuenta con una entrada independiente: un pequeño puente que cruza el acantilado bajo la casa. «Uno de los rincones más bellos de la vivienda es la terraza, que está pensada como un espacio abierto al cielo y al mar y que cuenta con dos parasoles semicirculares de obra que también protegían a los Broner de las miradas indiscretas de vecinos y turistas», explicó Costa.

La restauración se ha topado con algunas dificultades como la necesidad de encargar en el Reino Unido los azulejos de canto romo de la cocina, que ya no se fabrican en ningún otro lugar. Otro de los problemas de la restauración que todavía no se ha resuelto es el de las persianas que inventó Broner y que, según las fotografías originales eran enrollables pero con unos bastidores-marco metálicos y articulables.

La rehabilitación de este inmueble ha sido posible gracias a la firma de un convenio de colaboración entre la conselleria de Vivienda del Govern y el Ayuntamiento de Eivissa. La conselleria financia la obra con 220.000 euros, que tiene un presupuesto total de 293.446 euros. Respecto al futuro y los usos del inmueble, la alcaldesa garantizó ayer que se buscará la manera de que este espacio pueda ser disfrutado por la ciudadanía, «siempre con la ayuda y el consenso del Colegio de Arquitectos (que gestiona el fondo documental de Broner)». El primer paso será su apertura al público una vez que finalice la restauración.