El escritor y experto en drogas Antonio Escohotado participó ayer en Ibiza en el acto de presentación de ´La marihuana más cara del mundo´, una iniciativa de Djamba, la tienda especializada en cannabis de Ibiza, y que consiste en la elección de la mejor planta de marihuana recibida en un concurso convocado al efecto. Este proyecto se inscribe dentro de la estrategia del movimiento a favor del cannabis para lograr su total legalización.

Escohotado afirmó que el nivel de calidad que tiene la marihuana cultivada en España «no tiene nada que envidiar a la de Holanda», país de referencia para los consumidores de esta planta. «Una sustancia que hace cuarenta años no era nada, ahora tiene una gran expansión y una gran calidad; no sólo es un placer colocarse, sino también catarla», indicó.

En una charla mantenida con los asistentes al coloquio que siguió a la proyección del vídeo, Antonio Escohotado afirmó que el problema de la legalización no tiene nada que ver con cuestiones de tipo jurídico, y rememoró que hace veinte años se reunió con un grupo de jueces, abogados y fiscales para estudiar cómo legalizar esta planta. «En menos de una página quedó técnicamente solucionado, sólo derogando una serie de cosas», afirmó el filósofo y escritor. «El problema es la falta de conciencia», añadió.

En todo caso, Escohotado se mostró escéptico sobre la conveniencia de acciones estridentes para lograr la normalización en el uso de la marihuana. «Esto tampoco tiene que ser una revolución. Todo lo que es costumbre y hábito hace mucho más a favor de lo que queremos, que es fumar, que cualquier otra cosa», aseguró.

En un intento por desmitificar la bondad de sus efectos, el experto dijo que «la marihuana no nos hace más inteligentes, no va a multiplicar nuestro sistema nervioso central, pero nos hace percibir las cosas desde un ángulo insólito, multiplicando la producción de imágenes y sentidos». Además, «potencia todas las fases del contacto amoroso y la sensibilidad musical».

En un plano más práctico, Escohotado destacó que existe un vínculo íntimo entre la planta y su cultivador, y aseguró que, en función cuál sea el ánimo de éste, la marihuana crecerá con mayor o menor vigor. «El producto es el alma del cultivador», sentenció el veterano especialista en estupefacientes, autor de obras de referencia sobre la materia.