El próximo 7 de junio la galería Pomar de la Marina presentará la exposición de una amplia muestra de la producción del joyero Pepín Pomar, fallecido en enero del año pasado. La muestra pretende ser un homenaje que organiza su familia a este artista, que a pesar de su variada e intensa trayectoria, nunca llegó a exponer su obra en vida.

«Mi padre vendía las piezas que hacía e iba guardando las que más le gustaban para hacer una exposición, pero la verdad es que estuvo trabajando toda su vida y la exposición nunca llegó», señala Elisa Pomar, hija del artista y exponente de la cuarta generación de esta saga de joyeros que inició en 1872 su bisabuelo Joaquín, fundador del comercio Can Xim y conocido en Eivissa como `es joier del rei´.

Este apodo no era gratuito, ya que, según explica Elisa, porque así se lo había oído contar a su padre, Xim había recibido diversos encargos de Alfonso XIII de Borbón, que regalaba a sus `amigas´ joyas de Eivissa, una isla por la que tenía una cierta predilección y que pudo visitar en sus escapadas extraoficiales. Este artista elaboraba joyas de oro y plata que, si bien no eran las piezas tradicionales de la `emprendada pitiusa´, sí que tenían algún rasgo característico que las relacionaba con ellas y que, por descontado, no existían en el mercado de la capital de España.

Josep Pomar, conocido popularmente como `Pepín´, nació el 9 de agosto de 1932. A los 13 años empezó a trabajar en el oficio de su padre y de su abuelo y esa tarea le acompañó hasta el final de sus días. Pero no se limitó a construir las joyas que le encargaban, sino que investigó profundamente en las raíces de la joyería ibicenca, las diferencias existentes entre las distintas zonas de la isla, e incluso en las raíces históricas de la cultura cartaginesa y su forma de tratar metales preciosos (oro y plata) para convertirlos en joyas.

«Cuando él sacaba una joya ibicenca no se inventaba nada, sino que detrás había un intenso trabajo de investigación», explica Elisa, la primera entusiasta de los valores artísticos de su padre, a quien reconoce una gran imaginación, que dejó patente en sus diseños originales y de los que habrá una amplia muestra en la exposición.

El espíritu artístico de este hombre se plasmaba en las variadas facetas de su trabajo, que además de tratar los metales preciosos, pintaba, esculpía, dibujaba y diseñaba. Uno de los exponentes de esta última faceta, el diseño, se encuentra en el edificio de Pomar Regals, en la avenida de España a la altura de ses Figueretes, que destaca en el entorno. Es responsable del diseño de los tres comercios de la familia y también de la galería que albergará un muestrario de su obra.

Las pinturas de Antoni

El hermano de Pepín, el pintor Antoni Pomar, participará en el homenaje presentando en la misma galería su exposición bianual, que en esta ocasión estará especialmente dedicada al artista joyero con quien compartió, sin duda, muchas inquietudes además de apellido.

La sala presentará una colección de piezas elaboradas por Pepín a lo largo de su vida, que viene a representar por una parte una síntesis de la joyería tradicional ibicenca y por otra, una muestra del talento de un artista que amó su isla y la honró con su trabajo creativo inagotable.

Las piezas no estarán a la venta, pero los interesados en alguna de ellas podrán encargar una réplica al taller de la familia, en el que trabajan cuatro joyeros que aprendieron con el autor. La fiesta que se preparando para el 7 de junio tendrá un especial sabor de cultura tradicional ibicenca y contará con actuaciones folclóricas y también con la del cantautor Joan Murenu.