«Vamos a dar un paseíto por la red», anunció ayer Nilo Casares, comisario de importantes exposiciones nacionales e internacionales y crítico de arte, al comienzo de su intervención en la segunda jornada del ciclo `Visions plurals de l´Art Contemporani´, que a lo largo de este mes se celebra en la extensión universitaria de Eivissa. «Mi intención es acompañar de la mano a los asistentes a la conferencia por Internet, no para contemplar las páginas web de los museos más importantes, sino para ver una serie de obras que han sido creadas sólo para ese sistema, que residen sólo en internet», declaraba poco antes de comenzar su intervención en este ciclo, que organizan conjuntamente la Universitat de les Illes Balears (UIB) y el Ayuntamiento de Eivissa con la colaboración de la Caixa.

En su opinión, ese paseo no tiene por qué resultar decepcionante, aunque sí pretendía mostrar «alguna obra menor» porque su intención era que los espectadores lo viesen «todo». «Se trata de un recorrido muy estimulante para que el público salga con un conocimiento mayor sobre las distintas proposiciones artísticas que pueden encontrars en la red y sobre las posibilidades que ofrece a los creadores», aseguró.

«El arte en Internet es algo muy fugaz, muy efímero, que muere casi al mismo tiempo que nace». Nilo Casares no opina que el arte digital esté todavía poco investigado ni que haya que esperar antes de evaluar sus conquistas. «Qué va, al contrario -rechaza-, Internet nació en 1994, hace ya catorce años. A la velocidad que van hoy las cosas ya puede hablarse de él como de algo consolidado cuyos contenidos pueden analizarse ya como cualquier otro tipo de manifestación artística». Su conferencia se titulaba `Psicogeografía virtual: internet como un jardín de los caminos que se bifurcan´. «La navegación a través de la red tiene tanto de voluntario como de azaroso, el navegante parte de una dirección que se bifurca a cada golpe de ratón, porque la voluntad no puede nada contra la oferta que se le presenta con tantos lugares donde ir. En ese querer abarcarlo todo, el navegante acaba perdiéndose», opina el conferenciante.