El día 22 de marzo se conmemoró el Día Mundial del Agua y para celebrarlo, nada mejor que hacerlo con estudiantes de entre 11 y 13 años. Dar a conocer el valor del agua, concienciar sobre el necesario ahorro y sobre todo desvelar la gran incógnita: ¿de dónde sale el agua que llega a nuestras casas? fueron los principales objetivos. Para despejar esta este misterio, Aqualia organizó junto al Club Diario de Ibiza, el programa ‘Del mar al grifo’ en el que participaron cinco centros escolares y cerca de 300 alumnos de sexto de Primaria de los colegios Nuestra Señora de la Consolación, Nostra Senyora de Jesús y Sa Graduada y de primero de la ESO de los institutos Isidor Macabich y Santa Maria.

Estudiantes del instituto Isidor Macabich en el Club Diario de Ibiza. | FOTOS: TONI ESCOBAR

La jornada, de la que se hicieron cinco sesiones del 16 al 22 de marzo, arrancó con la pregunta clave que lanzó Pedro Puigdengoles, director de la delegación de Aqualia en Balears: «¿Cómo podemos tener agua dulce si en Ibiza no tenemos embalses, ni lagos, ni ríos?». Enseguida con la ayuda de los estudiantes, descubrió que el agua se capta del mar y de los acuíferos. Para lograrlo, surge una palabra «desaladora» que estará presente durante toda la jornada. Puigdengoles explicó a los alumnos que ante la falta de agua dulce -aunque algunos estudiantes preguntan por el río de Santa Eulària- es necesario realizar un complejo proceso para convertir en potable y saludable el agua del mar y de los acuíferos que llegará a los grifos de los núcleos urbanos.

Los profesores de Santa Maria comentan el resultado de la cata.

El viaje del H2O protagonizó los aproximadamente tres cuartos de hora que dura la sesión en el auditorio del Club Diario de Ibiza. Para explicar este proceso, los estudiantes vieron un vídeo, realizado por Aqualia en Ibiza el año pasado, sobre el recorrido que hace el agua de los servicios municipales hasta llegar a casa.

Varios estudiantes del instituto Isidor Macabich rellenan una sencilla encuesta sobre sus hábitos en relación al uso del agua del grifo.

El vídeo recuerda que en Ibiza viven unas 150.000 personas todo el año y unas 300.000 en verano, y que para abastecer a esta poblacion, cada año se procesan 20 hectómetros cúbicos, equivalente a 6.000 piscinas olímpicas de agua o a 20.000 millones de litros.

Alumnos de Sa Graduada durante la proyección del vídeo.

Las imágenes guían a los espectadores por las tres desaladoras de la isla que están en Ibiza, Santa Eulària y Sant Antoni, cuya misión es producir al día 46.000 metros cúbicos diarios (46 millones de litros) que viajan por 1.000 kilómetros de tuberías que llevan el agua a unos 60.000 puntos de abastecimiento. El vídeo explica que el 55% del agua procede del mar y el 45% de los acuíferos aunque el objetivo es optimizar el procedimiento de desalinización para utilizar cada vez menos el agua de los acuíferos.

Las encuestas y el resultado de la cata se depositan en una urna.

Tras el vídeo llega la hora de resolver las dudas de los estudiantes, que van desde el número de personas que trabajan en el abastecimimiento de la isla hasta cuánto tarda la desaladora en realizar el procedimiento. Viendo la importancia del proceso, algunos niños se muestran preocupados ante la posibilidad de que se estropee una planta desaladora, por lo que ocurriría si baja el nivel del mar o por si se puede beber el agua del grifo.

Una intérprete de signos traduce las palabras de Pedro Puigdengoles.

Pedro Puigdengoles les tranquiliza y les invita a participar en una cata de agua donde tienen que descubrir qué muestra es del grifo y cuál es embotellada. También les anima a responder a una encuesta anónima sobre sus hábitos respecto al consumo de agua.

Impresionados con el recorrido que hace el agua, el delegado de Aqualia les anuncia que el colegio que tenga más aciertos en la cata, hará un viaje similar al del agua por la isla en autobús.