Opinión | Desde la Mola

Perdonar, pero no olvidar

Miles de personas sufren el horror que otros han vivido

Supongo que el titular suena a trascendental. Tiene todo el sentido y además me lo dijo la empleada del Museo del Genocidio de Mostar, en la república de Bosnia-Herzegovina. Las imágenes del horror trascienden mucho más cuando no eres consciente del grado del horror. A pesar de que por profesión deberías ser más próximo a ese tipo de vivencias (aunque muy lejos, pero también muy cerca) y lo estaba (tenía compañeros trabajando en esa guerra) cuando estás frente a quienes la han sufrido y quienes la han fotografiado en “vivo y en directo” les aseguro que te sobrecoge el ánimo y te contagia de la tristeza de unos ciudadanos que, supongo, han perdonado, pero no olvidan. Después de ver miles de tumbas repartidas por esa ciudad emblemática. Muchas de ellas tan próximas como que están al lado del súper o el jardín de cualquier casa. Tal era la necesidad de enterrar los muertos, “nos dijeron”, que había que hacerlo, donde se pudiese. Si eres capaz de somatizar todo lo que has visto y oído (Sarajevo es otro cantar) y te retrotraes de tu condición de turista y empiezas a pensar más allá de cuatro postales y el “puente viejo” restaurado por la Unesco. Relativizas lo que en tu vida normal se te hace trascendental y observas que los hechos que llenan titulares de periódico y que son objeto de debates de sesudos comentaristas se quedan en anécdotas que mañana ni se “perdonan” y sí se “olvidan”. Los que tenemos la suerte, sí, la suerte, de vivir en la Mola, allá por la montaña de la isla, donde en el mayor momento de agobio (miércoles y domingo) de la temporada seguimos disfrutando de la tranquilidad que genera el “duro” invierno. Necesitamos, de vez en cuando, una dosis de esa realidad que les he descrito para ver que fuera de nuestras costas, más allá de los ferris, que nos llevan hasta la “civilización” del aeropuerto y la península, hay hechos que no deben caer en ese olvido, aunque nos pille lejos. No quisiera, desde esta Mola del Diario de Ibiza contagiarles el pesimismo que me originó ver tanta miseria humana como los videos de la matanza de Srebrenica. Pero no puedo, en mi condición de persona, dejar de pensar en Gaza o en Ucrania, donde además de una guerra hay miles de personas que sufren el horror que otros han vivido y que la propia evolución de la humanidad hará que futuras generaciones puedan perdonar, pero estoy convencido de que nunca olvidarán.

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