La violencia física y su justificación

Confieso que no he visto el vídeo de la señora esa (me niego a llamarla cuidadora) obligando a comer a un bebé atado a una trona, inmovilizado y atrapado sin poder escapar ni defenderse ante el ataque físico de ese ser que seguramente lo colmaba de besitos y carantoñas a la hora de devolvérselo a sus padres. No puedo verlo. Lo intenté sin sonido pero tampoco, he tenido que limitarme a mirar de reojo la fotografía que han reproducido los periódicos.

El dolor y desasosiego que causa ver un abuso de ese tipo es algo visceral, atávico, genético. Igual que el primer reflejo que la mayoría hemos sentido y muchos se han atrevido a expresar en las redes: «Si le hace eso a mi hijo, acabo en la cárcel», «Soy la madre de esa niña y reviento a esa desgraciada», «Si los padres buscan a esa tía y la revientan...o estoy a favor de la violencia pero tampoco los juzgaría». Son frases textuales sacadas de comentarios en foros y versiones online de prensa nacional.

A mí me ha hecho pensar en si, en algún momento o circunstancia, la violencia como venganza está justificada. Mi primera respuesta ante este dilema siempre ha sido «no, nunca lo está», porque si responder con violencia fuera un acto basado en la apreciación subjetiva de qué lo merece y qué no, seguiríamos en la cueva rompiéndonos el cráneo unos a otros a pedradas.

Siempre intento justificar comportamientos ajenos poniéndome en los zapatos de los demás, recordándome que no conozco la intrahistoria de la gente , sus traumas y carencias. Pero luego imagino a mi propia hija en el lugar de la nena de la noticia y me hierve la sangre, se me olvida el poder de la dialéctica y me pregunto de qué sería capaz ante una situación así.

La violencia física, verbal o emocional está en el ser humano como animales que somos desde nuestros orígenes, lo racional vino después. Supongo que la idea es aprender a controlar esos impulsos, pero da miedo pensar que en alguna circunstancia determinada, el más estoico de los estoicos puede encontrar justificación para vengar con violencia una agresión.

Suscríbete para seguir leyendo