Opinión | Tribuna

Juventud, divino tesoro

En este año jubilar de la Esperanza, el Papa Francisco escribió una bula, una carta, “Spes non confundit” (la esperanza no defrauda), para poder marcar cuál debía ser el sentido de este año Jubilar, marcando diferentes espacios donde la esperanza es muy necesaria.

Entre estos colectivos a los que se nos pide ser un signo de Esperanza, están los jóvenes. Nos dice el Papa: “los jóvenes, lamentablemente, con frecuencia ven que sus sueños se derrumban. No podemos decepcionarlos; en su entusiasmo se fundamente el provenir… es triste ver jóvenes sin esperanza… La ilusión de las drogas, el riesgo de caer en la delincuencia, y la búsqueda de lo efímero crean en ellos, más que en otros, confusión y oscurecen la belleza y el sentido de la vida, abatiéndolos en abismos oscuros e induciéndolos a cometer gestos autodestructivos” (n.12).

La serie ‘Adolescencia’ nos habla de esto mismo. De la desilusión que aparece entre los más jóvenes. Como muchas veces la falta de esperanza los lleva a cometer actos que muestran la frustración que viven por su futuro tan incierto.

Sería todo un reto para nuestra sociedad no dejar nunca a nadie atrás. Poder avanzar juntos por el camino que llena de sentido todo lo que podemos realizar. Procurar estimular a los más jóvenes ayudándoles a experimentar como cambia la vida cuando uno es capaz de salir de sí mismo y ponerse al servicio de los otros, como tantos jóvenes que “se comprometen voluntariamente en situaciones de catástrofes o de inestabilidad social” como nos recuerda el Papa.

Un estudio de la Fundación Santa María y la ONG Educo presenta el deterioro emocional alarmante que se vive en los centros educativos. Poniendo como origen de este deterioro la baja autoestima, la falta de concentración y la baja tolerancia a la frustración. En una sociedad tan exigente, no dejamos cabida a aquellos que muchas veces erramos y que desde nuestras equivocaciones podemos llegar a aprender. Esto mismo se exige a los más jóvenes que todavía no tienen los recursos emocionales suficientes para afrontar una carga como tal.

Acompañar a los jóvenes, invertir en su bienestar, es asegurarnos el presente y el futuro de personas que podrán vivir desde la esperanza y la posibilidad de construir una sociedad más fuerte para ayudar a los más débiles.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents