Opinión | Tribuna

Francisco J. Vilás Medina

A mi abuelo Pedro Medina

Pedro Medina García, en su consulta en 2011 / D. I.

Pedro Medina García, en su consulta en 2011 / D. I.

Algunas vidas no solo transcurren en el tiempo, sino que lo trascienden.

La de mi abuelo, el doctor Pedro Medina García, fue una de ellas. Durante más de seis décadas, Ibiza encontró en él a un guardián de la infancia, un médico y pediatra incansable que dedicó su vida a sanar, proteger y salvar.

Su camino comenzó en Granada con la medicina militar, donde alcanzó el rango de teniente coronel, demostrando una disciplina férrea y un sentido del deber inquebrantable.

Pero su verdadera misión no estaba en el campo de batalla, sino en el hospital y las consultas, donde, con paciencia y sabiduría, cuidó de generaciones de niños, devolviendo la salud y la esperanza a miles de familias.

No fue solo un «médico»; también fue un gran padre, un maestro, un amigo y, especialmente, un pilar de la comunidad, un referente en la medicina y pediatría ibicencas. Donde con su bata blanca, una vocación infinita y un enorme corazón, se convirtió en parte de la historia de la isla.

No buscó honores ni reconocimientos, porque su mayor recompensa fue siempre el llanto de un bebé que volvía a respirar, la sonrisa de un niño al recuperar la fuerza, la gratitud silenciosa de unos padres que confiaban en sus manos. Su vida fue un juramento cumplido con honor, una batalla diaria contra la enfermedad, librada con la precisión de un soldado y la ternura de quien entiende que la medicina es, ante todo, un acto de amor y bondad pura hacia el prójimo que sufre.

Hoy, un año después de su partida, su ausencia es un eco que resuena en mi cabeza y corazón. Pero sé que su legado es eterno, porque los verdaderos héroes no mueren: permanecen en cada vida que tocaron, en cada historia que inspiraron, en cada latido que ayudaron a salvar.

Te echo de menos, abuelo. El mundo fue mejor porque tú estuviste en él y en cada vida que salvaste.

Sé que algún día nos volveremos a encontrar.

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