Opinión | Para empezar

El transporte de los perdedores

Si frecuentan ustedes el transporte público en invierno verán que, fuera de Vila y su área urbana, los usuarios se dividen mayoritariamente en tres grupos: jubilados, menores de edad y personas que no tienen dinero para comprarse un vehículo privado. En el caso de los jubilados, que un autobús llegue tarde no es un problema grave porque tienen todo el tiempo del mundo. En el caso de los menores, soportan esta penitencia porque saben que, a la que puedan, se sacarán el carnet . Y luego está el caso de las personas que antiguamente eran conocidas como ‘pobres’ pero que ahora se les llama ‘precarizadas’, personas que dependen del transporte público para lograr algún ingreso que les permita sobrevivir.

Cuando he redactado algún reportaje sobre el transporte público en la isla, he tenido la oportunidad de hablar con muchos de estos usuarios precarios. La gran mayoría de ellos, son personas migrantes. Conocí a Cristian, que vive en la carretera de Sant Josep y trabaja en la gasolinera de la carretera del aeropuerto. Para ir al trabajo, cada día se sube al 8 hasta la rotonda de Can Burgus y allí conecta con el 10. Tarda tres cuartos de hora para un trayecto que, en vehículo privado, se hace en 10 minutos. Conocí a Diana, una mujer que se gana la vida como limpiadora y cuidando a personas mayores. Cada día dedica dos horas y media en viajes o esperas en autobús. Para ella, un retraso de diez minutos -que es lo habitual- supone perder una conexión y llegar tarde.

No hacer política de transporte público es puro clasismo. Es un desprecio a todas estas personas, gente que usualmente no vota. Lo que se ha hecho hasta ahora ha sido un fracaso total, gobernara quien gobernara. Suena a demagogia, pero si los políticos o los funcionarios del Consell tuvieran que desplazarse al trabajo en transporte público, estoy convencido de que el problema ya se habría resuelto. Se supone que este otoño debería entrar en funcionamiento la nueva contrata del servicio de autobuses. ¿Y saben una cosa? Me encantaría que fuera un éxito. Ojalá este gobierno fuera el que consiguiera dignificar, por fin, esta necesidad básica. Más que nada, porque eso supondría mejorar la calidad de vida de muchísimos ciudadanos de esta isla.

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