Opinión | Tribuna

Europa se planta

Emmanuel Macron convoca una inédita cumbre en París para hacer frente a la ofensiva antieuropea de Donald Trump

En estos primeros días de mandato, el presidente Donald Trump no sólo ha dejado claro que piensa ejecutar hasta el último punto de su programa radical, sino que ha colocado a Europa en su punto de mira porque son los valores que durante años se han cultivado en el Viejo Continente los únicos que pueden hacer de contrapunto a la agenda del líder norteamericano.

Frente a este desafío, Europa tiene que dar un paso adelante y dotarse de una vez por todas de una política Exterior común y de una política de Defensa que permita preservar nuestros intereses. Como explica hoy Jorge Dezcallar en este periódico, «si no estás en la mesa, acabas en el menú». Y cada vez queda más claro que ese es el verdadero objetivo de Trump respecto a Europa, ya sea imponiéndole aranceles o ninguneándola en las futuras conversaciones de paz sobre Ucrania.

Macron ha decidido liderar la respuesta europea y ha convocado a media docena de líderes este mediodía en París. Es una reunión inédita para abordar la política de seguridad del continente por el nivel de sus asistentes: los jefes de Gobierno de España, Alemania, Italia, Polonia, Países Bajos y Dinamarca; el primer ministro británico, Keir Starmer, que le ha visto las orejas al lobo y ha iniciado un progresivo alejamiento de su histórico aliado americano; el presidente del Consejo Europeo, António Costa; la de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.

Europa, empujada por Macron, parece haber decidido poner pie en pared ante las provocaciones de Trump y de su vicepresidente, JD Vance. Interpretando a McLuhan, podemos decir que ‘la imagen es el mensaje’. Y la que se proyectará este lunes desde el Elíseo será de una gran potencia: los europeos plantándose ante los EEUU, ese país al que siempre hemos recurrido en los momentos difíciles y que tantas veces nos ha sacado del aprieto.

Como apunta también Dezcallar, podemos asistir a la paradoja de que Trump acabe siendo el estímulo que Europa necesitaba para despertar de su letargo.

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