Opinión | Para empezar

Que vienen los buitres

Los hemos vuelto a tener por aquí. Usualmente, no les importamos lo más mínimo, pero de tanto en tanto nos visitan. Lo hicieron la semana pasada, atraídos por la noticia de que un menor no acompañado había agredido a un chico en Formentera. He leído las declaraciones de la madre del niño y son impecables: insiste en que se trata de un caso aislado y se muestra preocupada de que esta historia se utilice como arma por parte de quienes viven de azuzar el odio racial. Si se hubiese dejado llevar por la rabia, lo hubiera entendido, pero ni eso.

Evidentemente, el dolor de esta madre a los buitres les trae sin cuidado y han aprovechado la ocasión para hacer lo único que saben hacer, que es destripar, carroñear y usar la desgracia ajena para sus intereses. He rastreado la cobertura que se ha hecho de este suceso en la prensa nacional y es desolador y repugnante comprobar cómo un puñado de medios de desinformación de ultraderecha -no los citaré para no darles más publicidad todavía- se han abalanzado para intoxicar e inventarse su propia película. Al margen de errores evidentes que demuestran su supina ignorancia -hablan de un hecho sucedido ‘en un municipio de Formentera’, ignorando que la isla es un municipio único, aunque eso es lo de menos- se comprueba claramente que a estos inframedios la verdad les importa un pimiento, la agresión al niño les importa un pimiento y el sufrimiento de la familia les importa menos. Lo único que les interesa es generar mierda para engordar la agenda ultra, fabricar odio, embarrar el debate público, atemorizar a la ciudadanía y difundir el miedo.

En fin, no voy a pedir que prohíban estos contenedores de basura disfrazados de medios de comunicación, porque soy contrario a todo tipo de prohibición, y lo que pida yo tampoco le importa un bledo a nadie. Duele especialmente que haya instituciones públicas que los subvencionen, y que algunos políticos compadreen con esta gente. Espero que vayan con cuidado, porque a quien cría cuervos, al final les arrancan los ojos.

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