Opinión | Desde la marina

Diciembre, un año más y un año menos

Estamos nosotros y están ‘los otros’.... En Gaza, en Siria y Ucrania, los que se dejan la vida en este Mediterráneo que hemos convertido en cementerio

Desembre finat, any acabat. No siempre fue así. Decembris en latín significaba ‘décimo mes’ antes de que el calendario romano añadiera julio y agosto. En los antiguos menologios diciembre tenía una merecida mala fama. Y todavía la tiene, aunque hoy tratamos de disimularla con luces y fiestas. Diciembre era y sigue siendo nefasto, no sólo porque nos recuerda que el tiempo pasa y que nosotros pasamos con él, sino porque era y es un mes aciago para las gentes del campo y de la mar. Y también para los urbanitas, que vivimos estos días al calor del hogar, de puertas adentro. La tierra está dormida, el mar no está para bromas y la climatología sigue dándonos sustos y disgustos. Recuerdo como si fuera ayer, en los años 50, aquellos diciembres infantiles que quedaban inevitablemente unidos a tres objetos cálidos y familiares, el brasero, la mesa camilla que con sus faldones nos calentaba las piernas y el quinqué que encendíamos a media tarde porque, en aquellas fechas, el día andaba encogido y a las seis ya era de noche.

Es cierto que hoy tenemos medios para esquivar los malos humos que gasta diciembre. Nos sacudimos los fríos con la revolucionaria aerotermia, la calefacción de los radiadores y el aire acondicionado, convertimos la noche en día con millones de lámpara LED que nos alegran las calles, nos intercambiamos regalos y asistimos a conciertos, celebraciones y cuchipandas. Bien está. Pero me temo que este año la parafernalia navideña no será, no puede ser, del todo feliz. Porque estamos nosotros y están ‘los otros’, los que tienen diciembres menos amables. En Gaza, en Siria y Ucrania, los que se dejan la vida en este Mediterráneo que hemos convertido en cementerio, los que pasan frío y hambre en los campos de refugiados y, sin ir tan lejos, nuestros convecinos valencianos que hoy malviven por mor de la dana… La verdad, este año se me hace difícil felicitarles las fiestas. En Ibiza, afortunadamente, tenemos un parabién más discreto, nos deseamos MOLTS ANYS I BONS o, lo que es lo mismo, vivir muchos años y que esos años sean buenos. Nos quedaremos en eso, que no es poco: ¡Salud para todos y que el próximo año sea mejor!n

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