Opinión | Tribuna

La mala gestión del agua en Santa Eulària

En una reciente entrevista, la alcaldesa de Santa Eulària des Riu, Carmen Ferrer, dijo que el abastecimiento y el saneamiento del agua en nuestro municipio funcionaba muy bien. Pero esto no es una cuestión que se ajuste a la realidad que viven muchos vecinos y vecinas. Vayamos por partes. En cuanto al abastecimiento de agua, actualmente se está proponiendo por todos los sectores que se emplee siempre agua desalada. Esto se propone para que se puedan recuperar los acuíferos muy maltrechos después de tantos años de sequía. Municipios como la ciudad de Ibiza o Sant Josep de sa Talaia emplean un 90% del agua que consumen de esta fuente, la desalación.

Por otro lado está Santa Eulària, el municipio que menos agua desalada emplea, ya que su consumo apenas ha llegado al 25% en estos últimos cuatro años. Es decir, la alcaldesa de Santa Eulària no está contribuyendo mucho a la recuperación de nuestros acuíferos. Como dato importante, Santa Eulària extrae de los acuíferos más de 3 millones de m³ por año.

En cuanto a la licitación de la contrata de agua, en julio de 2018 se prorrogó la concesión a Aqualia por siete años, esto es, hasta el año que viene. Para esta prórroga, desde el ayuntamiento (entonces el alcalde era Vicent Marí) se decía que era muy complicado hacer un concurso, y pese a que la Ley de Contratos del Sector Público prohíbe las prórrogas, esta se hizo y además se pusieron condiciones, la primera de ellas multiplicar por dos el precio del m³ de agua, pasando de 0,60 €/m³ a 1,20 €/m³, ya que el agua desalada es cuatro veces más cara y se asumió el compromiso de que en dos años se utilizaría como mínimo un 50% de agua desalada. La realidad es que actualmente se está consumiendo la mitad de agua desalada de la comprometida y la estamos pagando a precio de agua desalada. ¿Quién se está quedando con la diferencia? La ciudadanía de Santa Eulària, no.

De esta concesión de agua, que debería salir a licitación en julio de este 2025, no se sabe nada a día de hoy y una licitación de estas características no es algo que se pueda gestionar con rapidez y agilidad, ya que son unos pliegos muy complicados, ya que hay que tener numerosos detalles en cuenta. Para ilustrarles con un ejemplo de unas características similares, la licitación de limpieza, recogida y tratamiento de residuos se tardó alrededor de dos años hasta su adjudicación definitiva y aún no se ha puesto en marcha, ya que la empresa tiene unos meses para organizarse y poder empezar a operar.

Un ejemplo claro de mala gestión de la red de abastecimiento de agua, es el caso de la zona de es Figueral, donde su asociación de vecinos que nació, entre otras cosas, para reclamar acceso a agua corriente y saneamiento, ha visto como a día de hoy siguen sin que les llegue agua a sus grifos a pesar de estar terminada la obra de las canalizaciones y el depósito, desde hace meses.

Y sigo con otro claro ejemplo de mala gestión. La famosa balsa de sa Rota o como ya empiezan a llamarle muchos, la “farsa de sa Rota”. Antes de este último verano, Vicent Marí, Carmen Ferrer y algún miembro del Govern balear de Marga Prohens fueron a hacerse una foto a la “farsa de sa Rota” para presumir de que se había utilizado agua desalada para llenar la balsa y así poder rebajar la salinidad y que se podría utilizar para regar. Pues bien, resulta que la Alianza por el Agua ha destapado que lo del riego con el agua de la balsa de sa Rota no fue más que un engaño para calmar al sector del campo de la zona norte de la isla.

Esta balsa no ha podido utilizarse nunca por varios motivos, siendo el principal el ocasionado por la salinidad del agua que llega a la depuradora de la que se debía alimentar la balsa. Desde los años 90, cuando se inauguró la balsa y hasta hoy, el mismo partido, el PP, ha gobernado el Ayuntamiento de Santa Eulària des Riu, y en estos 30 años que han pasado no han sido capaces de disminuir la salinidad del agua que llegaba a la EDAR y por consiguiente, a la balsa.

Lo peor de todo esto, es que ocurre sabiendo cuáles son las fuentes de esa salinidad, que no son otras que el mal estado de la red de tuberías, el vertido de salmuera a la red de alcantarillado y saneamiento por parte de particulares (hoteles en su mayoría) que tienen plantas de osmosis para abastecer a sus clientes.

Hoy en día, detectar los puntos exactos donde se producen infiltraciones, averías, tapones de toallitas… es más fácil que nunca. Además, los Fondos Next Generation ofrecen muchas ayudas para abordar este tipo de cambios tan necesarios.

Detectar donde se produce la salinidad es muy fácil y barato. ¿Por qué no lo han hecho ya? ¿A qué están esperando? Está muy bien aprobar planes y ordenanzas que no sirven para lo fundamental, disminuir la salinidad. La alcaldesa Camen Ferrer tiene que exigir que el suministro de agua sea con desalada o si no que bajen el precio, ya que los ciudadanos están pagando el agua a precio de agua desalada, cuando no lo es.

Alan Ripoll Ribas es portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Santa Eulària des Riu

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