Habemus papam

Por la hora de la presentación de la moción de censura, según los medios creíbles, se me antoja que el cónclave pertinente se hizo con nocturnidad (no he podido comprobar si con alevosía) aprovechando horas de casetas entre pintxo y copita (aunque sea de plástico ecológico, faltaría más), La realidad es que tras conversaciones de tira y afloja, tras renuncias (como sacrificio en el altar de Abraham) y un, ésta no (sí y no, me consta de buena fuente) que queremos a éste (cediendo a las primeras de cambio) los abajo firmantes (con alguna resistencia personal e intransferible) deciden aplicarle la guillotina política al presidente (actual) del Consell de Formentera, Llorenç Córdoba, y proponer a Óscar Portas (qué he hecho yo para merecer esto, cual cristo camino del Gólgota) como próximo presidente de un Consell en precario. La tormenta se desata pese a un cielo despejado y sin nubarrones amenazantes. Al día siguiente Córdoba lanza un comunicado fruto de “lo sabía, pero no me lo podía creer” donde se mezcla política, justificación y “a las trincheras” de la corrupción en tiempos pretéritos. Lo de la fiscalía anticorrupción es una repetición de lo que anunció en su día (dejémoslo en cuarentena hasta que la benemérita se pronuncie, o no). Hoy por hoy no deja de ser moneda común en cualquier parte del mapa político, a los telediarios me remito. Pero me sorprende lo del “Crimen Organizado”, a mí, me van a perdonar, me suena a la “Cosa Nostra”, a la “Ndragheta”, la “Camorra” y otras organizaciones, de esas de “que parezca un accidente”. No me da a mí, que a los que se refiere el señor Córdoba, respondan al perfil de lo que yo tenía por “Crimen Organizado” (ni él lo pretende). La segunda parte de la respuesta se refiere exclusivamente al papel de Prohens (léase PP de Palma, en lenguaje inteligible) en todo esto de Formentera. Sospecho (sin nada que no sea el olfato de viejo con bisoñez política) que la situación de ambigüedad en la que andábamos instalados daba cierta tranquilidad al PP “balear” y su lobby. De ahí su poca implicación en saldar cuentas pendientes (menos desde la rebelión de Vox en el Parlament). Por eso la referencia a la amenaza de “sanciones disciplinarias” a los díscolos de Formentera que no cumplan con la “obediencia debida” al centralismo mallorquín, Córdoba dixit. Tendría gracia, que fuera un 28 de diciembre (día de los Santos Inocentes) que el “cardenal protodiácono”, en este caso nuestro insigne secretario don Ángel Custodio Navarro (guardián de las esencias), pronunciara aquello de “Habemus Papam”.