Opinión | Para empezar

Salvar Can Jordi

No soy uno de los irreductibles de Can Jordi, o Can Jordi Blues Station, como cada uno quiera. No pertenezco a la tribu de fieles, pero sí soy un habitual del local de la carretera de Sant Josep. Por muchos motivos, el principal porque no recuerdo ni una sola vez que no haya ido a tomar un café con una tostada, unas cañas o a ver un concierto y no lo haya pasado bien, y eso es un tesoro. Can Jordi es desde hace muchos años un lugar de encuentros, reencuentros, conocimientos y descubrimientos.

Por seguir en la misma línea, tampoco recuerdo un concierto malo, y es que a veces la música es lo más importante y, otras, es lo de menos y se puede disfrutar igual del ambiente y los amigos. Por eso, cuando leí en estas mismas páginas que el Ayuntamiento de Sant Josep había abierto un expediente de cierre al local me dio un vuelco el corazón. Aunque en los últimos días la cosa se haya tranquilizado después de que el alcalde, Vicent Roig, compareciera ante los medios para garantizar que no se va a cerrar Can Jordi, y mucho menos de manera inminente.

Una comparecencia rocambolesca, por otra parte, en la que es difícil discernir la realidad de la ficción. El alcalde, que se ha marcado un moonwalker de manual, aseguró que se va a regularizar la situación, y está bien que el Ayuntamiento colabore en arreglar el desaguisado atendiendo al carácter excepcional del establecimiento. Una excepcionalidad que han reconocido el Govern balear, el Consell de Ibiza y el Ayuntamiento, pero sobre todo los cientos de ibicencos que lo consideran un lugar de referencia por su apoyo a la cultura y, sobre todo, a la música y los músicos locales.

Lo que no se puede decir es que nadie ha hablado de cierre, cuando el decreto de alcaldía, firmado por el propio alcalde, es un expediente de cierre, en el que se han impuesto al local medidas cautelares, como cesar su actividad en el exterior. Ni llevarse las manos a la cabeza por la supuesta filtración de un documento que es público, cuando lo crucial aquí es el riesgo de que pueda desaparecer un local icónico de la isla. n

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents